Confiado

Sigo confiado en la sangre que derraman mis dedos al escribir. La sangre de una oportunidad desierta en la que el pasado jugó malas pasadas y un presente más alentador que las locuras que viví. Aquí he descubierto imágenes, sensaciones, historias y cajas fuertes que estaban escondidas en el fondo de una alma atormentada.

Tormentas, lluvia, silencio y oscuridad se unen cada vez que escribo aquí. No importa la temática, la oscuridad, como fiel compañera, viene a por mí. Y no te quejes si entras y el tono lúgubre no se marcha totalmente de mis letras. Es mi marca, mi sello que está marcado en cada palabra que aquí se clava. Estás leyendo estas líneas pese a todo. Sigo confiado en lo que escribo pese a que no guste a nadie, pese a que las almas esquiven muchas verdades por querer leer historias de amor que, seguramente, una vez acabe el cuento acaba en divorcio o muerte por desidia.

Confiando en lo que sale de mi mente sigo aquí tras cinco años. Clavando puñales en conciencias rotas, sangrando heridas que cierran para olvidar. No te preocupes, esas heridas no se cierran. Permanecen ahí, escondidas, a tu lado. Tienes un lado oscuro en el que toda tu simpatía desaparece. Te da miedo. Yo le doy rienda suelta. No soy diferente, solo abro heridas en los dedos mientras la sangre hecha tinta roja se clava en el papel.

Llega la noche y la vela se acaba, sí, soy romántico en mis costumbres. Tengo mis pequeños rituales aunque a nadie guste saberlos, escondo momentos para mí, para luego calcular la profunda llaga que se clavó en mí. Clavo heridas, puñales y sentimientos en papel. Seguiré confiado en lo que mis dedos sangran hasta el fin de mis días. ¿No te gusta? ¿Lo ves oscuro? No te preocupes, yo amo a la soledad, la oscuridad me ama a mí, amantes por siempre. Ella me desangra yo la escucho. Un justo pacto.
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