Poder, Dinero, Imperio


Hay personas que crean imperios, otros que viven en ellos, y el más inteligente de todos es el que se los imagina. El poder, el respecto y las ansias de seguir subiendo crecen en nuestros sueños quedando atrás aquel atisbo de humanidad que nos diferencia de los animales, quedando como simples lobos en busca de una caza mayor que puede que jamás llegue. Imperios que cayeron por la codicia, por las ganas de seguir creciendo y ser dueños del mundo. Vasallos que aspiran a servir fielmente a su amo sin prever que caerán cual torre de Babel si el mundo de su amo cae. El arma de la palabra decae en un sinsentido donde todo vale por tal de llegar hasta el final,

Es uno de los venenos de la sociedad, el poder. Unido al dinero y la fama son las perfectas causas de una locura cuerda. ¿Quién se resiste a seguir creciendo en el escalafón de la sociedad? Diría que nadie. Todos tenemos nuestro ego, algunos adormilados otros despiertos cual lince. No importa lo que hagas porque algún día vendrá a visitarte y seguramente caerás en la tentación. Caemos todos alguna vez en la vida. 

¿Gana el que se lo imagina?

Imagina que tenemos de todo, imagina que andas por el ancho mundo disfrutando del poder que te ha dado la historia, el dinero o simplemente tu ambición de destronar a aquel que te entorpecía. Puedes plasmarlo y crear una crónica. Será entonces cuando caigas en una tentación sutil. Cometerás todos los errores posibles. Querrás más poder, más ambición, más dinero. Tu, mientras, lo vas plasmando en unas pocas trazas de papel. Finalmente te das cuenta que todo fue un sueño y que te despertarte antes de que la torre de Babel cayera. Rubricas un final perfecto para tu obra. Es entonces cuando piensas que has estado a punto de perder todo. Sonríes. Definitivamente es mejor imaginarlo que vivir con el imperio a cuestas. 
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