Quizás no sé, sin más


No sé, sin más. Para cuando, no sé. Quizás en algún otro momento la desidia se hubiera instalado alejando la penosa cavidad que habita mi corazón otrora ajado por los andares de la vida. Cierro los ojos y no sé que recuerdo, que vivo, no quiero ni tengo nada que recordar. Es el futuro quién, quizás, haga temblar los cimentos que un día levanté, poderosos. Estoy confiado en sacarlo adelante pues siempre me dijeron lo mismo. La desidia se instala a veces en el pensamiento, sin dejar avanzar a nadie. 

Ese desbloqueo, esa suelta de marras tiene que salir un día de puerto y cruzar la barra. Quizás me pierda por el camino. No sé, sin más. Para qué, no sé. ¿Y si no estás a la altura? ¿Y si caes de lo que creías que era fácil? El sarcástico momento sería digno de ser fidelizado por los antiguos moradores de mi cerebro. Una batalla sin ganar, sin empezar, sin pensar. Ahondaré en ella, quizás para nada. Quizás para todo. Son los años los que me hacen parar el barco, sonar la bocina y pedir ayuda. ¿A quién? Quizás a mi mismo, quizás a nadie.


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