Reflexión | Silencio
Es aquel que me acompaña en las largas tardes de invierno, aquel con el que disfruto cuando nadie me acompaña, aquel que maldigo cuando no oigo tu voz. En tantos momentos me has hecho falta y has aparecido que hoy puedo decir que no se vivir sin ti.
Me dejo llevar por tu decadencia hasta caer en los más bajos infiernos, quiero sentir esa puñalada de realidad cuando nadie me habla excepto tu y tu sonrisa. Esa sonrisa que se burla de mis errores y me anima en mis aciertos. Eres mi fiel amigo, y aunque me prometas que nunca desaparecerás, te juro que siempre habrá un huevo para ti, en las largas tardes de invierno que nos quedan por disfrutar frente al fogón de nuestros recuerdos perdidos.
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