Opinión | Jueces de pacotilla

 

Hoy en día con las redes sociales nos hemos adentrado en un mundo desconocido a la hora de contar nuestras vivencias. Al principio todos pensábamos que era un juego o algo para divertirnos, pero la parte negativa no tardaría en llegar. Y llegó. Exponer en las redes sociales alguna de nuestras situaciones diarias y tener que aguantar a los que he denominado "jueces de pacotilla".

 

Esta especie de extinción que ha saltado a molestarnos a todos vía redes sociales cumple un patrón y es que han tenido menos vida social que las piedras de las montañas olvidadas. Estas personas se creen con el derecho de cuestionar, rebatir y debatir con argumentos que solo se creen ellos y mofarse de cada situación que se encuentren. Si hemos tenido, o tenemos, redes sociales todos podemos comprobar que son las mujeres las que son más expuestas y a las que se lanzan en bandada si se ven cuestionadas la masculinidad frágil o cualquier estupidez que se les ocurra.  

 

El problema es la bandada de jueces de circo que acosan a la persona y las que vienen por inercia a seguir con la exposición y acoso. Nos hemos acostumbrado y muchas personas tienen miedo a poner algunas experiencias como sentirse perseguidas, acosadas o simplemente plantear una duda o debate sobre la igualdad o feminismo en estas. Miedo porque sabemos cuál sería el resultado y es que un gran porcentaje de estos personajes de novela barata de tren antiguo vienen a empujar a que te vayas de redes sociales o elimines la publicación en cuestión para así evitar problemas. 

 

Con el paso del tiempo te das cuenta que vives mucho mejor sin que nada se te haga viral, muy conocido, que tu publicación tenga visibilidad por tal de no aguantar a los jueces de pacotilla. Por eso te doy un par de consejos si los quieres evitar. Bloquea a cada persona que te insulte o trate mal a la primera de cambio, no respondas, no merece la pena, mándalo al olvido y que se siga mordiendo las uñas en busca de otra cruzada estúpida. Sé libre, pon lo que quieras y deja que estos seres supremos de la estupidez humana hablen entre ellos porque la inteligencia no es lo suyo, y lo sabemos todos porque todos hemos tratado con ellos en alguna ocasión.