Tenebris Passiones, Cneo Cornelio Aculeo.
Roma.
Verano del 223 a.C
En la casa de Cneo Cornelio Aculeo, todo el mundo estaba despierto. De hecho, llevaban así desde el fin de la cena, cuando su mujer Livia había sentido las primeras contracciones que anunciaban la llegada del primogénito de la familia. Los esclavos ya estaban preparados para cualquier incidente con el embarazo de su ama, y tardaron menos de dos minutos en preparar todo lo necesario, mientras el atriense, fue en busca de la matrona, que tardó diez minutos en llegar tras conocer el nombre de la parturienta. Las cuatro esclavas estaban encerradas en la habitación con Livia y la matrona, a la espera de recibir órdenes para ayudar. Varios asistentes a la cena todavía permanecían a la espera de las buenas noticias que, seguramente vendrían desde la habitación mayor.
No era algo normal que varias personas estuvieran presentes a altas horas de la madrugada en una domus romana, pero la posible venida de un primogénito para la familia era algo que celebrar, y a pesar de que el páter familias había mandado desalojar la domus, había mantenido cerca a varios de sus mejores amigos y a su hermano Lucio.Cneo Cornelio Aculeo había decidido estar solo en el Tablinium a la espera de las noticias que un esclavo o alguien de su familia viniera a anunciarles.
Llevaba sentado en aquella cathedra desde que su mujer había sido encerrada en la habitación a la espera de las noticias. Llevaba varias ánforas de vino agotadas en aquella terrible espera. Fue entonces cuando los pensamientos vinieron a su mente como dagas afiladas. Le venían a la mente aquellas ideas de no aceptar al pequeño. Sabía que se cernía sobre Roma una cruenta guerra, y no estaba seguro de querer traer al mundo a un hijo para luego perderlo en la guerra. Por otra parte, sería todo un orgullo para él y su familia que su hijo falleciera en acto de servicio, luchando por Roma y su honor. Era una idea que no había acabado de desechar cuando escuchó como una puerta se abría con fuerza.
Una de las esclavas anunciaba al atriense la noticia, mientras éste, tras asentir, la mandó de nuevo con su ama para que ayudara en todo. Fue él el que se acercó con aire solemne al Tablinium.
- Habla esclavo, y confírmame esa noticia que llevo esperando toda la noche.
- Ha sido padre mi señor.
- Sea, ahora ve y prepáralo todo.
El esclavo asintió y salió disparado para el Atrium. Cneo Cornelio Aculeo tardó unos minutos en salir. Saboreó las últimas gotas de vino de su copa, y tras ajustarse bien la toga, salió al mismo para ver a quien podría ser su primogénito, y futuro páter familias de su casa.
El llanto pareció fuerte, atronador, cuando se acercó al altar de los dioses lares de la casa. El pequeño lloraba y gritaba con fuerza. Rodeó el Impluvium, donde el agua resonaba tranquila, suave, ajena a aquella escena que decidiría el futuro de aquella familia a corto plazo. Se acercó aún más, y fue entonces cuando lo vio. Envuelto en pequeñas toallas, el pequeño, lloraba ajeno al juicio del que iba a ser protagonista a tan corta edad. Cneo Cornelio Aculeo se arrodilló y comenzó a supervisar al pequeño. Parecía fuerte, y el llanto anunciaba que estaba sano.
Por segunda vez aquella noche aquellos pensamientos acudieron a su mente. Aceptarlo en la familia, o renegar de él por su bien para que no viviera una guerra. No eran tiempos para traer niños, era tiempo de luchar y combatir lo que seguramente sería una cruenta batalla. Fue entonces cuando aquel pequeño clavó sus ojos verdes en los de su padre. El llanto del niño cesó y una graciosa sonrisa emergió de sus pequeños labios. Se dio cuenta de que el silencio primero había desaparecido. Todo estaban pendientes a que Cneo diera su veredicto. Podía sentir como varios de sus amigos, e incluso su hermano Lucio contenía la respiración ante aquella decisión, que fuera la que fuese, sería tomada como buena y sabia. Decidió no alargar más el momento. Tenía la decisión tomada. Aclaró la voz y la alzó para que todos le escucharan.
- Que se prepare una mesa en honor a Hércules esta misma noche. Os presento a mi primogénito, mi primer hijo, Cneo Cornelio Aculeo, y que en un futuro se convertirá en el páter familias de esta casa.
Cneo sacó de la toga la bulla que colgó al pequeño. La decisión estaba tomada. Estaba seguro que nunca se arrepentiría. Tenía buenos presagios, y no había nadie que osara a contradecir su decisión. Ya tenía primogénito. Su familia tenía el futuro asegurado.
Que ganas tenía de leer el primer capítulo.
ResponderEliminarPara ser sólo el comienzo está muy bien, pero estoy segura de que lo que viene será aún mejor. Sigue así, que aquí tienes una lectora más.
Un saludo.
¡Hola!,
ResponderEliminarEste primer capítulo ha estado muy bien narrado, y aparte me ha dado el gusano de leer más :), espero que continúes así y cuando actualices me avises sin falta!
El templo Novelas
Me ha parecido fantástico este primer capítulo, espero que sigas escribiendo porque está muy interesante :D
ResponderEliminarNyah, yo de pequeña debería haber tenido una bulla, seguro que me habría ido mucho mejor JAJAJA.
ResponderEliminarBueno, dejando de lado esta pequeña broma... ¡genial! ^^ Me ha encantado :) Además, buen principio, con la aceptación del niño :D
A ver si subes pronto más :)
Me ha gusto y ves, al final esta teniendo exito la historia y todo. Pero todo a su debido momento, me gusta como relatas los acontecimientos con detalle y como ha aceptado el padre al hijo. Te sigo leyendo
ResponderEliminarMe encanta *-----* perfección es poco ^^ Es genial como te metes en la historia,la época y todo... Quiero leer más *-*
ResponderEliminar¡Un beso!
ME ENCANTA~ME ENCANTA~ME ENCANTA~ME ENCANTA...
ResponderEliminarSimplemente: PERFECTO.
Un gran comienzo, y la forma en la que estaba narrado *___* increible.
Me has dejado impresionada. Espero el siguente capítulo impaciente :)
Besos <3
http://locoyunicomundo.blogspot.com.es/
PD: Soy Una Nueva Vida en tuenti :D
¡Qué gran comienzo! Esto augura una gran historia, amigo mío ;) Menos mal que ha aceptado al niño, porque sino yo lloraba. Tiene pinta de ser un bebé tan adorable *-* Vale, ya me callo xD
ResponderEliminarEn serio, el capítulo está genial, espero que subas algo nuevo pronto :) ¡Un saludo!
La trama de la historia está genial y como la has expresado también genial porque te has adaptado de maravilla a la época!!!
ResponderEliminarAsí que dos cosas, sigue asi porque esta increible y cuando subas más avisameee ^^
DIOS JODER, ES QUE ME ENCANTA.
ResponderEliminarHola! :)
ResponderEliminarLa historia tiene muy buena pinta, continuaré leyendo cuando subas los próximos capítulos. ¡Sigue así!
Besos desde Pensamientos De Adolescencia y Sollozos En Mitad Del Bosque.
PD: Espero verte por mis blogs. ;)
Es un comienzo nuevo y positivo colega. Una cosa fresca que dará aires al blog. Me gusta sobre todo las palabras clave que has ido poniendo por todos los párrafos además de la inquietud del padre. Espero que pronto escribas más.
ResponderEliminarBueno... vaya comiendo mas.. chachi!!! Y el nombre.. mas raro que un perro verde ni aun queriendo, jajaja!!! Pues que no ande pensando en que se morirá en tan corta edad. tiene que tener fe.... es su hijo... ya veremos que es valiente y saldrá de esa guerra que puede que no salga ileso!!! sigue así :)
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