¿Realidad?

Dicen que me gustan los finales tristes, que mis reflexiones no optan al optimismo, pero he decirte que soy un enamorado del Infierno, y si, así me gusta escribir. Los finales felices suceden una vez cada largo tiempo mientras las decepciones ocurren a cada momento. No me llames loco, no me llames diferente, solo deja que te cuente la verdad.

El ser humano aspira a que todo en su vida circule como la vida, las personas que te rodean y mil factores más, quieren que vaya. Te apoyas en personas que no siempre saben lo que te pasa, lo que sientes, lo que necesitas. Tiran de populismo para curar tus heridas con vendas rotas por ellos mismos. Tu crees que te curas pero esas heridas comienzan a agrandarse hasta que te cansas de oir siempre lo mismo. Todo va a ir a mejor. Seguro que pronto mejoras. No te la merecías. Tu vales más. 

Todo eso te dirán con tal de levantar un ánimo que se agarra a un clavo ardiendo por tal de levantarse otra vez de la enésima caída que la vida te pone por delante. Seguramente no estás de acuerdo conmigo, seguramente dirás que no se que escribo y que los amigos están ahí para apoyar a los demás en los malos momentos, y sí, tienes razón, pero hay veces que aunque te empeñes en animar, esa persona debe salir sola de sus problemas y afrontarlos con el coraje perdido ante tanto golpe.

La amistad es efectiva sólo en falsos momentos de intranquilidad donde necesitas que alguien se preocupe por tí, porque alguien te cuide y te haga sentir bien. Muy pocos tienen el valor de hacerse la pregunta que te voy a formular...

¿Por qué cambiar una realidad que ves efectiva por una verdad que puede ser demasiado dura?