Circo Negro, El Pacto, I.

El cielo negro resplandecía poderoso ante una nueva tormenta. Las gotas de lluvia estallaban contra el suelo mojado, mientras las que tenían suerte caían sobre los charcos que se comenzaban a formar alrededor de la arena. Un poderoso viento surcaba las calles, ajeno a la realidad de las personas. Él solo quería correr, disfrutar de la velocidad mientras los demás lo sufrían en cada esquina. Los árboles lo maldecían por hacer desparecer la calma de aquellas horas, mientras los pájaros se refugiaban entre las hojas. No querían sentir la furia que portaba aquella noche, una furia que no llegaban a comprender, y por eso tenían miedo. Pero había un sitio todavía más triste en la ciudad. En un amplio descampado descansaba, como ajeno en el tiempo, un poderoso circo que había llegado a la ciudad para hacer disfrutar a los más pequeños y a los mayores. La carpa resonaba potente antes los envites del viento, que se afanaba en traspasarla. La lluvia caía con fuerza, como si quisiera llegar a aquel suelo de arena donde estaba a punto de celebrarse una función.

El color rojo y blanco de las telas que lo cubrĂ­an más el colorido cartel, harĂ­an que los pequeños con sus padres se acercaran al circo para intentar pasar una buena tarde, en cambio hacia mucho tiempo que no habĂ­a una buena funciĂłn en aquel circo.HacĂ­a meses que iban de ciudad en ciudad intentando levantar el vuelo y poder ofrecer una buena funciĂłn a los que allĂ­ entraban, pero con el paso de los meses y el poco dinero que iban recaudando les habĂ­a sido imposible mantener a los animales y muchos los tenĂ­an que vender para poder seguir viajando buscando un cambio en aquella maldita racha que parecĂ­a no desaparecer. 

Habían tenido que reducir costes debido a la baja asistencia a las funciones sin querían seguir intentando mejorar aquello. Los primeros en desaparecer de la función habían sido ciertos animales que por su gran costo en mantenerlos habían optado por venderlos para poder seguir pagando lo básico para moverse y seguir actuando por las ciudades. Habían vendido a un par de elefantes, cuatro leones, una jirafa y cinco monos, quedándose tan solo con un león, y dos monos.

La tormenta hacía presagiar que aquella sería lo que muchos temían. La última función del Circo Maravillas. Todos tenían claro que tarde o temprano aquello terminaría acabando, y ante aquella última noche en la ciudad, esa idea iba tomando forma. El dueño del circo había estado toda la tarde promocionando la función por las calles en un vano intento por hacer publicidad, pero estaba seguro que con aquella lluvia torrencial y aquel furioso viento nadie se acercaría a verlos. Había acudido a la taquilla para atender los pocos que tuvieran el valor de ir a la función. Y efectivamente no se equivocó. Sólo un grupo de cinco niños habían acudido a pagar su entrada, y por lo tanto tenían que representar la función que tenían preparada aunque fuera sólo para cinco chicos.

- Una despedida triste a toda una vida haciendo reír a las personas... En fin, haremos que lo pasen bien como despedida de este maravilloso mundo. - comentó el dueño.

Aquella sentencia fue ratificada por una fuerte tormenta que resonó por todo el circo, haciendo que sintiera un escalofrío, como si el demonio se riera de ellos en aquella última función que iban a encarar. Las tormentas comenzaban a ser cada vez más fuertes, la lluvia cada vez caía con más fuerza, mientras que, no sabía porqué, los cuervos comenzaban a rodear la carpa del circo, apoyándose en las copas altas del mismo, y empezando a graznar como locos. Aquello le parecía una cruel broma de lo que iba a ser la noche.

Decidió apartar los pensamientos de su mente y acudir a su caravana para maquillarse como payaso. Su última función como payaso. La rabia dio paso a los recuerdos en los que aquel circo era muy conocido en las ciudades, incluso esperado por muchos niños para ver sus espectáculos de malabares y doma de leones. Aquellos años no volverán nunca, y era algo que su ego no terminaba de asumir. Quería volver a sentir el poder del aplauso de los niños, de las voces de los mayores y de las risas de todos juntos, cuando las noches las comenzaba riendo y las terminaba llorando de felicidad en su cama por haber sido una noche más el payaso que tanto le gustaba representar. Llegó a estar enganchado a las sonrisas y a aquellos aplausos.

Hoy día aquellas risas habían desaparecido y habían aparecido los problemas financieros. Esos problemas que ya le estaban ahogando y que no podía afrontar, y se veía, conforme iban pasando los días, cada vez más hundido en aquel pozo sin fondo. Sacudió la cabeza y comenzó a pintarse para aquella triste función de despedida.

Tras terminar la función para aquellos niños, reunió a todo el plantel de payasos, malabaristas y demás en el centro de la arena para comunicarles su futuro más inmediato, para anunciarles el fin del Circo Maravillas. Todos se acercaron al centro con la idea de que aquella noticia sería de importancia, aunque no terminaban de aceptar lo que sus mentes imaginaban. Como si fuera casualidad, la tormenta comenzó a combatir con fuerza las lonas del circo, haciéndolo temblar cada vez que el viento intentaba de nuevo hacerlas caer. Las tormentas regresaron con más fuerza, mientras rayos resonaban y parecían traspasar con su luz todo el circo al completo. Fue el dueño del circo el que comenzó a hablar.

- Todos sabéis que el Circo Maravillas comenzó con fuerza hace ya más de dos décadas, dos décadas que nos han demostrado que el mundo puede llenarse con sonrisas y buenos momentos. También sabéis que hace unos cuantos años que no estamos en nuestro mejor momento. La plantilla ha ido desapareciendo para poder seguir afrontando nuevas ciudades pero sabéis que el final está cerca, muy cerca. - Todos callaron, expectantes ante la noticia que se acercaba. Él, de mientras, vio el miedo y la tristeza reflejados en sus ojos. Aquello les dolía tanto como a él. Aspiró aire y continuó. - Creo que todos sabéis o intuis porque os he convocado en esta arena que tanto nos ha hecho disfrutar, pero si no lo sabéis os lo digo ahora. El Circo Maravillas debe cerrar sus puertas. Es algo que he ido posponiendo desde hace muchos meses, incluso perdiendo parte de mi dinero por si llegaba el cambio, pero nada de eso llegó y no queda más que cerrar la lona y apagar las luces por última vez.

La tormenta resonó de nuevo, potente, poderosa. La lluvia impactaba en las luces de neón de la entrada, haciendo que parpadearan y lucharan por mantener el envite que parecía ir acompañando al Circo hacia su final. Mientras dentro se libraba la más triste de las despedidas, fuera, un hombre mayor, con un impoluto traje negro, caminaba agarrado a su bastón y a un paraguas que parecía más centrado en aguantar el viento que en proteger a su dueño de la lluvia. Aquel hombre con sombrero de pico y pelo blanco peinado hacia atrás, alzó la vista y miró el cartel. " Circo Maravillas". Le gustó el nombre. Más le gustaba lo que aquello podría ofrecer. Había llegado al fin el momento que tanto había esperado. Aquel era el instante en el que había pensado desde hace largos meses. Se aferró más a aquel extraño bastón que lo ayudaba a mantenerse en pie pese a la fuerza brutal del viento. Se fue acercando a paso lento hacia la entrada del circo, y en silencio, pasó la lona y quedó escuchando la conversación que Marc mantenía con sus empleados.

Todos en la arena, comenzaron a abrazar al dueño en señal de respeto y admiración por todo lo que había conseguido y logrado mantener aquel circo que llevaba tanto tiempo luchando por hacer reír a un mundo que, según aquel hombre, se iba a la deriva. Tras aquellos abrazos y silencios, siguió hablando.

- Muchas gracias a todos por todos estos años. El Circo Maravillas cierra sus puertas para siempre.

Pero fue entonces cuando algo extraño se escuchó. Marc tardó unos segundos en comprender que era. Eran aplausos, lentos y fuertes aplausos. Giró la cabeza y vio a un hombre mayor que lo miraba apoyado en una de las viejas gradas del circo, y sí, estaba aplaudiendo. No le dio tiempo a replicar cuando aquel hombre, con voz grave y potente, comenzó a hablar.

- El Circo Maravillas tiene todavía mucho que ofrecer, y no, no será hoy el día que cierre sus puertas. - Marc lo miró extrañado, sin comprender. - Si, Marc, no es hoy el día que estas lonas cierren para siempre. Tengo una propuesta para usted, y me sentiría muy ofendido si no me escuchara. - Y mirando al plantel de empleados y posando su mirada azul potente de nuevo en el dueño, terminó con una frase. - A solas, por favor.

Y como sentenciando la noche desde el mismo Infierno, las tormentas resonaron en el cielo de aquella noche de invierno, mientras dentro del Circo Maravillas se libraba una batalla que nadie habĂ­a conseguido discernir salvo dos personas, dos personas que se miraban entre sĂ­, intentando adivinar el poder de un pacto que ninguno de los dos conocĂ­a realmente.

11 comentarios:

  1. Espero que lo publiques en papel por que aqui tienes una lectora. Una verdadera maravilla, me a encantado.
    Un beso,
    Alexia.

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  2. Sin palabras!! Como ya te dije muchas veces, escribes genial y tienes un talentazo!! La forma, el contenido... ¡Todo! Es espectacular. Tan sĂłlo con las primeras lĂ­neas engancha. Muchas felicidades y sigue asĂ­!!
    Un besito!!


    Maia

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  3. ¡Ahhhhhh! ¡Que ganas tenĂ­a!
    ¡Maravillosa historia y maravilloso escritor! Nunca mejor dicho tratándose de El circo Maravillas... ¡Espero con impaciencia el prĂłximo!
    Besos!!!

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  4. Impactante e impresionante.
    Muy bien redactado, muy bien escrito y cada descripción hace que visualices por completo cada escena, hasta el más mínimo movimiento.
    Sinceramente, me ha encantado y por supuesto que espero el siguiente, al igual que espero que consigas publicarla y tenerla en mi estanterĂ­a ^^
    Por cierto, he visto un par de palabras sin tilde que deberĂ­as revisarlas (perdĂłn por corregirte).

    Un besazo enorme :)

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  5. Tiene muy buena pinta. El final me ha dejado con buen sabor de boca. Seguiré atenta a las siguientes publicaciones ^^.
    Un abrazo.

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  6. Realmente genial. Me encanta la forma en la que te expresas, en las descripciones sobre todo. Te hace meterte en la historia, en el ambiente, y comprender las emociones de los personajes mejor rodeadas de ese lĂşgubre y oscuro escenario.
    El final es genial. Te deja con intriga con ganas de más.
    Espero el siguiente, ya tienes a una lectora más para esta historia :)

    Besos

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  7. ¡Hola! :)
    Una vez más te dije que seguramente me gustaría, pero me equivoqué. La verdad es que me encanta. Con solo este capítulo ya me has enganchado y, por supesto, la seguiré leyendo. (El único fallo que veo es, como ya te han dicho, alguna tilde, pero nada importante).
    Muchos besos!!

    PD: ¡¡Soy el comentario nĂşmero 7!! *-* (mi favorito)

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  8. SabĂ­a que el Circo Maravillas no podĂ­a cerrar tan pronto ¡era el primer capĂ­tulo de esta gran historia! Seguro que surgen complicaciones, conflictos y demás pero, paralelamente, creo que tambiĂ©n nos darás muchas alegrĂ­as, sorpresas y entretenimiento. ¡Que siga la funciĂłn!

    ENHORABUENA

    Un abrazo,
    Abel Jara Romero

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  9. Me ha gustado bastante el tema, el toque enigmático q tiene desde principio
    a fin y con sabor intrigante. Obviamente deja al lector con ganas de mas asi q yo en particular voy a leerme el segundo capitulo ya a ver q pasa con el circo maravillas y esa conversacion pendiente. Te has ganado a esta lectora y una fan del circo negrooooo. Bsossssss.

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  10. Tarde como siempre pero por fin me he animado a comenzar a leer esta nueva entrega tuya como ya te iba prometiendo hace tiempo. Creo que tiene un inicio fuerte, los diálogos prácticamente escasos aparecen en el momento justo para dejarnos con ganas de seguir con las siguientes entregas. Me ha gustado la descripción de la tormenta tan fuerte y con esas notas de mal presagio. El señor del bastón me ha recordado al demonio o a Rumpelstiltskin siempre con ánimo de hacer tratos oscuros en horas oscuras.

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  11. Me encanta!
    Enhorabuena!
    AquĂ­ una lectora de Circo Negro

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