Opinión | Desinformando

El periodismo no vive su mejor momento. Mucho menos el periodismo libre de intereses, tanto de partidos políticos como de empresas que tienen más peso en este país a base de talonario. Nada nuevo, pensaréis. El problema aquí es cuando se oculta información a la sociedad o se esconde al final del todo argumentando que no es tan interesante. Tenemos casos importantes como el ERE de la Coca Cola, del que nadie ve nada en los medios aunque sigan disputando y luchando por lo que es suyo. Nada conocemos de la resolución de una huelga que hubo en Movistar y que nadie sabe el resultado. Ni que decir tiene que, da la casualidad, que nacen noticias de Venezuela por casi todos los medios cuando el nuevo político de turno sale robando. 

El periodismo libre al final lo acaban haciendo aquellos que no son periodistas, o periodistas que si tienen la ética de informar y no caer en las redes de su propio medio. Ya, sé que es complicado, por no decir imposible, salirse de la ética de quién te da de comer, pero se puede hacer. Existen las redes sociales, hoy en día un tuitero con nociones básicas de periodismo puede contarnos mejor el "desafío independentista" que cualquier titulado de los grandes periódicos. ¿Por qué? Porque son libres, cuentan las cosas como son y no como quieren que las veamos. Hoy en día los radicales de derechas son personas que abogan por la unión de España y los radicales de izquierdas son eso, radicales que buscan separar el país. 

Es por ello que ya los periódicos no son fiables sino piensas como ellos, es por ello que los telediarios pierden rigurosidad si los influye un partido político o una directiva de cierta ideología. Hoy en día no existe el periodismo libre, nadie informa con objetividad y los intereses de las grandes empresas sobrevuelan las redacciones más que las propias noticias y ganas de informar. Muchos me habéis preguntado a lo largo de estos ocho años que por qué no he acabado estudiando periodismo, bueno, he aquí unas cuantas razones que creo demasiado importantes. No soy de los que acaba acatando una ideología a base de martillazos o censura. Así me va, puede que peor o mejor, pero es mejor esto que vivir engañando de la realidad al mundo.