Opinión | El patrón del andaluz


¿Eres andaluz? ¡Venga, di algo gracioso! Acuéstate que ya es la hora de la siesta. ¿Trabajas? ¡Oh pues eso es una suerte siendo de donde eres! No te entiendo cuando hablas, ¿no sabes hablar bien? Deberías hablar bien porque eso que hablas no lo entiende nadie. Vete de fiesta, así al menos podríamos entenderte. 

Estos son uno de los pocos clichés que los andaluces debemos soportar día a día si subimos de Despeñaperros para arriba. Somos los fiesteros, los vagos, los que no trabajamos, los que tenemos que ser graciosos. Cargamos con la cruz del bufón del país y somos los que no hacemos nada, los que disfrutamos de la vida más que el resto del mundo y aún así vivimos de las prestaciones sociales que nos regala el gobierno si salimos de Andalucía. El problema de la incultura llega cuando insultas sólo por tradición, por clichés, por tradición sin conocer la verdad. 

El patrón del andaluz es el que es, el que no hace nada, el que se divierte cuando debería trabajar, el que no se manifiesta y el que disfruta en el bar del fútbol en vez de salir, el que tiene más fiesta del país, el que no habla ni bien ni se le entiende. Todos creen saber como somos. Todos saben que hacemos cada día de nuestra vida. Pocos ven la realidad, porque la realidad no les interesa. Tenemos el sanbenito de ir a la iglesia y luego al bar, o viceversa. Somos los culpables de todo lo malo del país y vivimos gracias a los demás. Somos analfabetos, paletos y no queremos estudiar.

A nadie le importa ya que si no fuera por nosotros alguna que otra comunidad autonómica no se habría alzado jamás. Pocos saben que aquellos que son analfabetos es que han sido quitados de la escuela para ir a trabajar al campo o a la mar para ayudar a que su familia salga adelante. A nadie le importa que, pese a toda la miseria y pobredumbre que tenemos en Andalucía aún salimos a la calle con una sonrisa y buen humor. Pese a toda la mierda que podamos tener encima salimos a disfrutar, ¿por qué no?

A nadie le importa ya que somos cuna de tantas cosas que poco les importan. Cuna del flamenco, cuna de grandes poetas, que la música no sería lo mismo sin nuestros autores. La historia no hubiera sido la misma sin la historia de Sevilla, Cádiz o Huelva. Me podría llevar toda la opinión relatando y aún así no quedaríais saciados, somos el bufón del país, ese señorito que solo viene a Andalucía en verano para disfrutar del paraíso de sus playas pero el resto del año nos trata como a la basura que creen que somos. Vienen con las ínfulas de que esto es de ellos, el problema es que cuando a nadie de aquí le importa lo que digan porque sabemos la realidad, la realidad de una comunidad saqueada por los de arriba, y no hablo de la política. 

No recordamos ya a Machado, a Bécquer, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla, Ana Rosetti, Maria Rosa Gávez de Cabrera o Zenobia, y otras tantas personas que han hecho grande Andalucía. No, nos quedamos con otras cosas, porque aquello de lo que no sabes, no existe. En definitiva, seguiremos siendo el culo del mundo para un país que no merece mucho más que la desidia y lo que recibe, un país que no valora lo que tiene y mucho menos lo cuida, porque como bien todos sabéis, la envidia es la cuna de este país, y con eso no puede ni un madrileño, ni un catalán y mucho menos un andaluz. 

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