Especial J.R.R. Tolkien | La importancia de la BSO en el mundo de Tolkien
Fotograma de El Hobbit vía Warner Bros. |
A lo largo de la historia del cine hemos visto verdaderas obras de arte en cuanto a bandas sonoras. Ya sea en cintas que son recordadas tras el paso de varias décadas, como The Godfather, o por cintas realmente penosas pero que su OST ha durado en el tiempo. El mundo de Tolkien ha demostrado, en su versión cinematográfica darnos unas bandas sonoras realmente épicas.
Si ya las cintas, en términos generales y su primera trilogía, son historia del cine, su banda sonora las eleva de categoría erizándonos la piel en demasiados momentos de las casi 12 horas que dura la primera tanda de cintas. Howard Shore, en esta primera ocasión, nos da acompañamiento a historias realmente épicas que nos cambian los sentimientos de una escena a otra con un simple cambio de melodía o inicios. La alegría que nos entra al ver los primeros planos de La Comarca y sus gentes hace que queramos estar ahí bebiendo cerveza y barriendo las puertas de nuestras casas.
Si ya pasamos a las batallas y escenas importantes, cómo olvidar Rivendel, o las batallas por en el Abismo de Helm. Son tantas y tantos momentos que enumerarlos todos aquí me llevaría demasiado y me desviaría del tema central. La importancia aquí es de una suma importancia y pasa a primer plano en muchas ocasiones para que vayamos calentando motores de lo que está por venir.
La épica está presente en prácticamente las casi dos horas que dura esta banda sonora. Todo un ejemplo de cómo una buena banda sonora puede elevar el nivel, brillante, de una de las mejores trilogías de todos los tiempos. Mis partes favoritas son las de Mordor ya que suelen ser el estilo que más me engancha desde un principio. Estos temas son tan versátiles que los he utilizado durante mucho tiempo como sintonía de fondo para estudiar o leer. Aun me queda mucho cine por ver pero diría que, a día de hoy, es la mejor banda sonora del género que podemos encontrar. Sin duda alguna.
Con respecto a El Hobbit, Howard Shore ya partía de una base lo bastante sólida para recrearse y darnos otra maravilla. Aquí la obra de arte bucea entre lo antiguo, su trabajo en ESDLA y las nuevas versiones para actualizarlas, o retrotraerse más bien, a la época del El Hobbit. Marcadas quedan para mi esas canciones en casa de Bilbo Baggins donde se conjuran para salir a su aventura más importante. Pese a que las letras, casi en su totalidad, nos la de Tolkien, poner música y que queden acorde a todo el universo no es tarea para nada fácil.
Aquí notamos, además del cambio de versión en muchos momentos, como la connotación de la música cambia. No es tan dramática y épica medieval como se espera. Tenemos un tono algo más alegre en ciertos momentos y eso se nota en que es una cinta que no tiene esa carga emocional que tenían las primeras. A pesar de tener grandes momentos de guerra y batallas, creo que todos estamos de acuerdo que el segundo trío de cintas se quedan algo alejadas de las originales, aunque eso no se note en la calidad de la música, pero sí en el modo de hacérnosla llegar.
En definitiva y al final del día, lo tengo muy difícil para elegir una preferida entre estas dos. Me quedo con ambas, la primera porque fue la que me fascinó y me embulló de lleno en el mundo de Tolkien yo que era alguien que ni siquiera conocía la obra literaria original. La segunda porque una vez conocido gran parte del mundo creado por el escritor, pude deleitarme más en esas escenas y poner más el oído en ciertos momentos que la propia vista. Si las llegas a ver puedes tomarte el placer de cerrar los ojos y disfrutar de esa música imaginando lo que sabes que está pasando. Eso, hoy día, no se ve tan fácilmente y es todo un mérito de Howard y de su equipo. Sólo quedaría agradecerle por tan semejante obra maestra y que sigamos disfrutando de su talento, a poder ser dentro del propio género.
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