Opinión | La culpa es del pueblo

Los partidos políticos regresan de nuevo al fango para unas nuevas elecciones. Nos dirán que este partido no ha facilitado un gobierno de estabilidad, que el otro partido nos ha abocado a unas nuevas elecciones, con todo lo que ello conlleva. Hasta el mismo pueblo le echa la culpa a los partidos políticos por no poder llegar a un acuerdo para poder tener un gobierno estable y que ayude al país a evolucionar y seguir creciendo. 

A la hora de la verdad, la culpa no la tienen ellos, la tenemos nosotros, el pueblo. No podemos permitir que llevemos cuatro elecciones en cuatro años, no podemos tolerar que se desprecie por parte de los dirigentes nuestro voto, sea al partido que sea, únicamente porque no encaja en nuestra mente e ideología. Es impensable esta política de guardería en otros países europeos con tan poca profundidad a la hora de velar y luchar por aquello que, supuestamente hacen. 

Hemos dejado que manipulen nuestro voto, nuestro poder de decisión. Se toman a mofa los cánticos que podamos hacer, las manifestaciones, desprecian el tiempo que invertimos en defender nuestros ideales en pro de unos políticos que jamás han estado a la altura del pueblo que lo vota. En las próximas elecciones volverás a votar, si aún no te has cansado de hacerlo. Ejerceremos nuestro derecho a voto, una vez más, para dejar claro lo que queremos, lo que necesita este país. 

Volveremos a ver cómo tiran a la basura nuestros ideales y nuestra forma de ver el mundo cuando los acuerdos no lleguen y tengamos de nuevo las culpas de unos a otros y viceversa. Al final, la culpa es del pueblo. De ese pueblo que no escarmienta, que no (re) evoluciona y cambia los puntos de mira de nuestros ineptos dirigentes. Saldremos a votar y lo haremos a los mismos, con esa falsa esperanza de que ahora será diferente, mientras el pobre se muere más de hambre y el rico se hace más rico. 

Al final del día, la culpa no es de los políticos, no es de aquellos que juegan, mofan y nos desprecian cada día que siguen en lo alto del partido de turno. Al final del día, la culpa es del pueblo que permite a aquellos que juegan con nuestro futuro, nuestras ilusiones y nuestros ideales y los hagan papel mojado. Y ya sabemos que pasa cuando el pueblo cambia de opinión y reacciona.
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