Texto | Un golpe de suerte

Comenzando a caminar por un oscuro sendero nos aparecen miles de pruebas a las cuales hay que batir para seguir caminando. Muchos nos esforzamos en destrozar cada pared que se alza ante nosotros, intentando demostrar que podemos con todo. Otros tantos te cuentan con alegría que nunca se han encontrado con ningún obstáculo que puedan vencer para obtener lo que más desean. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta que existen dos caminos que delimitan nuestros sentimientos y nuestras aspiraciones, y es entonces cuando llega el momento crucial de tener que elegir nuestro sendero más próximo.

El ser humano es alguien frágil que se deja corromper por el más ínfimo indicio de facilidad y beneficio. Puedes hacer la prueba preguntando entre tus amigos si prefieren riquezas a cambio de hacer algo que no desean, o si por contrario prefieren luchar durante toda su vida para intentar retener una cuarta parte de lo que ofrece la primera opción. Me puedes llamar idealista o incluso tonto al aceptar la segunda opción a sabiendas que pocas veces mi esfuerzo será reconocido a lo largo de nuestras cortas vidas. Prefiero navegar entre miles de musas y horas intentando buscar una frase que pueda encajar en tu mirada, antes de que esa misma venga escrita en cualquier libro y te despoje de tu inteligencia.

Pero siempre queda un resquicio donde el ser humano se aferra para salir de su vida monótona. Piensan que un golpe de suerte los sacará de aquel letargo en el que el destino los tiene encerrados bajo llave, pero son pocos los que se dan cuenta que la suerte no viene a buscar a la puerta de tu casa, sino que eres tu quien debes ir a por ella, disfrutando del juego esquivo en el que te embruja. Otros lo esquivan al verlo innecesario, pero algunas veces es algo que te da vida, vida que se escapa entre nuestros dedos intentando poder disfrutarla...

Nunca dejes que un golpe de suerte te cambie. Nunca dejes que tu personalidad sufra muescas por el orgullo o el ego de diferentes personas que intentarán imponerse a tus ideales. Se fiel a lo que piensas y a tus gustos, y quien sabe si algún día, puede aparecer un golpe de suerte que cambie tu destino.
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