Circo Negro, Primera Función, I

El Circo Maravillas había muerto, y de sus cenizas un nuevo futuro, aunque incierto y oscuro, había comenzado a surcar las vidas de los trabajadores, que se enfrentaban a todo con infinita curiosidad y respeto a lo que pudiera pasar. Roberto había implantado cambios drásticos en todos los sentidos, y eso se hacía notar en el plantel. Las nuevas lonas habían sido un duro golpe en el ánimo de todos y aunque su nuevo jefe les había prometido éxitos, fama y poder, ellos no veían como lo iban a conseguir y mucho menos a corto plazo. Las sonrisas de las mujeres y niños habían desaparecido en gran medida y todo era por el poder que ejercían esas lonas sobre todos ellos. El negro era el color que menos esperaban para un circo, pero que los llevaran los demonios si sabían algo de circo además de representar su parte de función y saborear los aplausos de los niños. Aun así, se encomendaron a los consejos y pautas que marcaba el nuevo dueño del circo que más respeto daba desde la distancia desde hacía siglos.

Había pasado una semana desde las nuevas órdenes y estaban ultimando las funciones y las actuaciones por separado para comenzar a pulir errores e incorporar nuevas e innovadoras actuaciones dentro del propio show. Él, por su parte, había cumplido su palabra y los antiguos trabajadores habían vuelto a sus antiguos trabajos, además de adquirir nuevas fieras y animales para acompañar el circo. En eso había dado ejemplo a todos y no quería quedar como un loco ante ellos, que prácticamente era lo que pensaban tras los cambios, algunos para ciertos trabajadores como Marc sacrílegos para un circo. Tras el nuevo nombre del circo, su antiguo dueño pasaba las tardes en su caravana, nadie sabía lo que ahí pasaba pero de lo que todos estaban seguros es que las botellas de alcohol desfilaban ante la mesa y el vaso cada tarde desde hacía una semana. Eso era perfecto, perfecto ya que así daba a entender que había ganado la batalla a su antiguo dueño y eso le daba vía libre para sus proyectos e intenciones en el Circo Negro, aunque no estaría mal intentar nuevos trucos con él si no la estancia en ese nuevo proyecto sería insulsa.

Marc, por su parte, pasaba las tardes frente a la botella de whisky y mirando los álbumes de fotos rememorando tiempos perfectos y que ya no volverían. Estaba convencido de que el circo había caído en el mismísimo infierno y no se recuperaría jamás. Tarde fue cuando se dio cuenta de que esa afirmación era cierta a medias. Su ego se había ido de vacaciones y su orgullo se escondía tras vasos y vasos de alcohol, sin prestar atención en los nuevos trabajos que todos se afanaban en realizar. Había escuchado las nuevas fieras y voces olvidadas y despedidas de aquel mundo por él mismo. Tenía auténtico miedo a enfrentarse a esas personas que despidió, y no por miedo a sus decisiones, tomadas con cierto rigor y previsión, sino por enfrentarse a las posibles burlas y afirmaciones sobre su pésima dirección del circo y sobre la realidad de que un nuevo dueño había dado nuevos aires al Circo, aunque no fueran los deseados, o más bien, los lógicos.

Las horas, los días y la primera semana pasó con suavidad pese a todo lo que el Circo Negro escondía, y es que la primera función estaba prevista para ese mismo sábado, y aunque quedaban horas ya, había sido preparada a conciencia por todos. Los trabajadores habían vuelto a disfrutar con su trabajo pese a la incertidumbre y la tensión reinante, las fieras volvían a resonar por aquellas tablas y aquellos trucos de payasos, malabaristas y domadores, y los hijos de los trabajadores sonreían y disfrutaban desde las gradas preparadas para aquella función. Función que había sido anunciada en el pequeño pueblo donde se hospedaban además de las aldeas que lo rodeaban. Aquello iba a ser grande por todo, por la tensión, por los nervios, por un futuro que comenzaba a vislumbraba, aunque no sabían hacia donde. Roberto decidió que sería una función normal, no era el momento para comenzar su trabajo aunque daría pequeños toques al futuro de todos, en cambio había decidido crear nuevas actuaciones, mezclar distintos géneros y probar la reacción del público. Y eso les había dicho a todos aquella mañana nada más reunir al grupo en la arena del circo.

- Hoy es un día muy importante para todos, y sí, sé que los nuevos cambios del Circo Negro os hacen dudar y tener miedo al futuro, pero os convino a creer en mis propuestas. Tengo claro que una vez este circo recorra las ciudades, el triunfo y la fama nos acompañará en cada ciudad. No tengáis miedo por ello, porque es ahora cuando tenemos que centrarnos en mejorar, en perfeccionar, en ser simples, graciosos, sutiles, perfectos. El Circo Negro tiene que brillar y no por motivos lúgubres, tiene que mostrar su poder a los niños de cada una de las ciudades que visitemos. Este circo os volverá ese poder que os arrebató el tiempo. Y eso es algo que Marc, al que ya que estamos aquí y nos acompaña tras una semana en la que ha estado indispuesto, - miró los ojos de su interlocutor, mientras este no sabía identificar el sentido de su mirada, si era malicia, placer, o sincera disculpa ante todos. Roberto siguió hablando como si leyera su pensamiento, - y comunicarle desde aquí que desde mañana, será mi asesor personal y me apoyaré en él y levantaremos este circo a lo que fue antes, con sutiles cambios como los que ya conocéis, - su risa emergió por sorpresa, una risa que transmitía calma y relajación, y pronto algunos acompañaron a su nuevo jefe en la risa, que cesó casi al instante de haberse provocado - Así pues, hagamos de hoy un día memorable, hagamos justicia al pasado y rindamos un homenaje decente al difunto Circo Maravillas.

Todos los preparativos fueron sucediéndose con lentitud y precisión. Desde la limpieza de las gradas y de todo lo que estaba a la vista, la pulcritud en un estreno era tan importante como la calidad de las actuaciones, hasta el cuidado de las interpretaciones que se repetían una y otra vez en la arena del circo. Los nervios del principio se iban acercando conforme la noche y la hora fijada se acercaba, fue en ese momento en el que Roberto se acercó de nuevo a su nuevo socio y le sirvió en bandeja de plata, una nueva ración de ego a su disposición.

- Querido amigo, queda media hora para que la función empiece, ¿qué te parece si recibimos a los primeros espectadores de esta nueva era? Tu como experto, yo como aprendiz. ¿Aceptas el pacto?

- Será todo un honor, así puedes ir aprendiendo como se hace y del trato que se tiene que dispensar al público. - El orgullo y el ego salieron a pasear aquella noche, y Roberto sonrió dócilmente, su ego y su orgullo eran conocidos en las Tierras Rojas desde hacía décadas, y su nuevo amigo también lo conocería.

Las personas comenzaron a llegar, primero en grupos aislados y conforme se acercaba la hora, en mayor cantidad. Solo podría haber un inconveniente para que la gente no acudiera y era el precio, pero ya había sido anunciado que sería gratis aquellas funciones de preparación, y nadie se negaba a algo gratis, y además que pudieran disfrutar en familia.  Las gradas se fueron llenando hasta quedar repletas. Parecía curioso, pero todas las personas que habían acudido estaban sentadas, y es que todos se habían acercado a ver aquella primera función y todas cabían en las gradas del Circo Negro, algo que todos pensaron que era simple casualidad.

Una vez estaban todos sentados y los trabajadores preparados entre bastidores, una música de circo de los años 20 comenzó a inundar los altavoces del circo, primero suavemente y poco a poco fue ampliando la potencia hasta que sin previo aviso las luces se apagaron, quedando totalmente a oscuras. Pasaron diez segundos hasta que un potente foco iluminó con un círculo parpadeante el centro de la arena. Fue entonces cuando una figura vestida de traje negro, pañuelo azul y con un sombrero que escondía el pelo cano peinado hacia atrás se fue acercando a hasta que apareció a la vista de todos. Mantenía la cabeza agachada y se podía la no respiración del público. Roberto alzó la cabeza y su cara estaba maquillada de blanco, con coloretes negros en cada mejilla y una nariz roja pasión puesta. Miró en derredor y paseó la mirada con una tenue sonrisa por toda la grada, y fue entonces cuando habló, alto, suave y con una entonación enigmática.

- Bienvenidos al Circo Negro, del cual vais a ser testigos de su nacimiento. Estad atentos queridos amigos, pues hoy comienza una nueva historia de las que seréis testigos en primicia. Veréis grandes actuaciones y espectáculos que os dejarán la boca abierta. Hoy abre sus puertas el Circo Negro, bienvenidos a su primera función.

Todos dejaron se relajaron mientras esa música de circo de los años 20 recorría sus tímpanos y su cerebro. Roberto se inclinó levemente con una amplia sonrisa y con un ademán del brazo derecho y yéndose hacia ese lado, dejó la arena libre. "Bienvenidos al Circo Negro" había dicho, se permitió una sonrisa de placer, muchos no sabían que puede que fuera una de las últimas funciones de circo que verían jamás.

* Una vez leido esta capítulo, el anterior ya habrá sido añadido a la página de Circo Negro en Papel De Tinta Negra. Muchas gracias a todos.

3 comentarios:

  1. Me quedo muerta con lo último!!!! BRAVO! Que ganas tenía!
    Enhorabuena!!!

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  2. Sigue aumentado la tensión y eso me encanta. Una vez más me quedo con ganas de más así que espero que hayas subido algún capítulo más y si no que no tardes en escribir pequeño. ;) voy a seguir leyendo mi amor!!
    Muchísimos besos mi vida!!!
    Te amo muchísimo mi niño lindo!!!

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