Soledad, Querida Confidente
Querida amiga, vienes y te vas y siempre lo haces de manera tan sutil que casi duele tu ausencia, pero lo que has hecho por mí en tantos años es una bonita forma de fidelidad, aunque en ciertos momentos, fueran espinas y sangre lo que acompañaba, o tu sonrisa en tus noches y madrugadas. Cuidaste de mi en los peores momentos, curando heridas y haciendo que la soledad se clavara tanto en mi corazón y mis sentimientos que se me haga difícil alejarte de mi lado, aunque estoy seguro que acudirás en momentos, instantes en los que necesites y como fiel confidente vendrás y cuidarás de todo aquello que te cuente.
Soledad, fiel compañera, amiga y confidente, creadora de recuerdos que me han hecho mejorar, me has abandonado hace unos meses, y como siempre sabia y legendaria, me dejaste en la mejor de las compañías, me dejaste abrazado a unos besos, a una sonrisa y a una mirada que me hacen olvidarte como infiel compañero, pero se que nada de esto te dolerá pues la locura de mis momentos hacen que te necesite en ciertos momentos, por eso me dejas marchar porque sabes que en, algún momento, te necesitaré y acudirás.
Con estas simples palabras quiero darte las gracias, fiel soledad, quiero darte las gracias por noches, madrugadas en las que recibía golpes implacables y en los que me mareaba tu brutal sinceridad y de la que aprendí a ser lo que soy hoy, no son unas semanas, ni unos meses, son años en los que has estado ahí cuando para mi gente tejía mi más "sincera" sonrisa mientras tu eras la que calmaba mis locuras y mis pensamientos. Pero hoy ya no estás conmigo, hoy, a pesar de tu fidelidad, tengo que separarme por momentos para disfrutar de esa persona en la que me has dejado soñando y disfrutando de algo de la que tu me enseñaste el nombre, pero no la realidad que es la felicidad.
Soledad, querida confidente, nunca me abandones porque aunque la felicidad colme mis mejores momentos y esa persona inunde mi locura y mi vida, tu siempre estarás ahí para recordarme quien soy y por quien tengo que luchar día a día, por ella, por mi gente, por ser yo y por vivir mi vida y no la de nadie más.
Gracias, querida soledad.
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