Confesión Al Silencio


¿De Qué Sirve Confesarse Si No Me Arrepiento?

Esta frase es de Al Pacino en The Godfather III, y es una de las frases que más caló la primera vez que la escuché. Y es que esta sociedad anclada en remordimientos y sucesos pasados que anhelan regresar para poder enmendar esos errores que tanto atormentan e incluso provocan problemas más graves. Recuerdos de aquellos momentos, vidas, meses, segundos en lo que todo cambió y deseas anclarlo todo al barco que navega hacia tu pasado cada mañana que tu cerebro abre los ojos.

Nos confesamos a nuestros amigos, a nuestra religión, a nuestro diario, a nuestra familia, no confesamos con la esperanza de que los remordimientos y el olvido aparezca mágicamente y nos haga desaparecer ese momento que, con el paso del tiempo, comenzamos a odiar. A odiar ese instante que creíamos mágico y que con el paso implacable del tiempo vamos matando y ordenando en decenios de remordimientos y locura, en los que tu mismo pasado ejerce la fuerza perfecta para que encontremos un fallo, unos instantes en el que esas palabras faltaron o sobraron, en el que faltó un gesto o sobró uno, ese instante en el que el tiempo pasó demasiado deprisa y no te diste cuenta de la realidad, o dejaste que pasara esperando la oportunidad que jamás llegó.

Hoy confieso al silencio que no me arrepiento de lo jamás vivido, me equivoqué, ¿y quien no? Pude intentar soñar con algo imposible y que, por suerte, no sucedió jamás, porque a veces la vida y su cruel tablero de ajedrez juegan en tu contra cuando crees que es a favor y viceversa. El silencio, las madrugadas, el instante de soñar con algo que no esperaba. El momento, el instante que la locura cambió. Confesión al silencio, mi confesión se basa en que no hay confesión, confieso que he vivido, he disfrutado, he sufrido y todo, ¿para qué? ¿Cuál es el motivo de que todo pase tan deprisa en este pequeño viaje que es la vida? Nadie parece haberlo encontrado pero cada uno de nosotros tenemos nuestro personal motivo, y el mío eres tu, tu que me lees y disfrutas de mis letras.

Confieso al silencio que tu navegaste y reventaste mi locura, hoy le confieso al silencio que te amo, y si todo lo que he debido pasar ha sido para llevarme ante tus brazos y tu mirada, que me lleven los demonios porque es lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Todo se resume de nuevo en esa frase de Al Pacino en The Godfather III.

¿De Qué Sirve Confersarse Si No Me Arrepiento?
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