Opinión | Intransigencia
Cuando vas terminando un día más en nuestra sociedad que cada vez se convierte en más racista, más intransigente y con más ganas de dar clases que nadie ha pedido, acabo acudiendo a ciertas músicas que relajen mi mente de tanta saturación. Digamos que ahí fue cuando me di cuenta que no disfrutamos de ciertas comidas, música, costumbres o historias que no provienen de nuestro rancio pasado y que nos obligan, desde pequeño, a obviar por hereje o porque simplemente no quieren que las sepamos.
¿Cuánto sabemos de la religión, historia, música, y demás aspectos árabes más allá de todos los clichés que podemos escuchar y ver sufrir a personas de nuestro alrededor?
Tendemos a unir opiniones personales y moralidad con otros aspectos como es el conocer y adentrarnos más en mundos y culturas de las que nada sabemos, salvo de los estereótipos que nos propone el cine americano donde siempre son los malos, o casi siempre. Seguramente no estamos de acuerdo en muchas cosas, seguro que ellos con nosotros tampoco. Ello no nos quita que no saboreemos todo lo que realizaron, por ejemplo, en el Al Andalus.
No nos hace falta irnos fuera de Occidente para entrar de lleno en estos temas. En nuestra propia ciudad o incluso entre nuestros amigos, tenemos a esa persona que prejuzga a otras por sus gustos, sus necesidades o simplemente porque no va dentro de unos nuevos cánones que la sociedad impone cada poco tiempo. No les gustan los gordos, no les gustan los calvos, no les gustan los raperos, los metaleros, no les gusta que no crean en Dios, no les gusta que crean en Dios, no creen en el machismo, no creen en el feminismo. Hasta aquí podemos estar en mayor o menor desacuerdo debido a que, como dirían nuestros padres, "el libro de los gustos está en blanco."
El problema está en la intransigencia que solemos tener hacia alguien que, sin duda alguna, tachamos de rarito, enfermo, o diferente por no ser como manda la sociedad actual o tener gustos, creencias o vete a saber qué que no concuerda con lo que los demás hacen, piensan, creen y hasta escuchan. No aceptamos que alguien no pueda ser fan de Maluma, no podemos aceptar que sean fans del wrestling, no podemos aceptar tantas cosas que nos pasamos la vida censurando la diversidad y apoyando lo clásico, lo de siempre, lo que "es normal a nuestra edad."
Es por ello que me encanta descubrir nuevas historias, nuevas civilizaciones, dioses, grupos de música, películas, de todo. No me gusta perderme nada que pueda aportarme algo únicamente porque me digan que no es adecuado a mi edad, porque me digan que eso no está de moda sólo porque no lo escucha medio mundo. Apoya a tus amigos, a tu familia o a quién conozcas a arriesgarse a ser cómo de verdad siente, no cohartes sus gustos, decisiones y formas de placer. No elegimos quiénes somos, pero sí elegimos escondernos o mostrarnos como realmente nos gusta. No vivas con ese miedo y di no a la intransigencia.
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