Voces Muertas,Un Recuerdo
"Diego estaba sentado en el sillón, viendo la televisión. Marta, su mujer, entró en la sala y se sentó a su lado para continuar viendo el programa. Miriam anunció a sus padres que se iba de paseo por el campo con su hermano y su marido. Antes de salir Diego llamó a su hija para darle un beso.
Tras esto, los tres salieron a pasear. El cielo estaba despejado y no se atisbaba ninguna nube en el horizonte. Roberto estaba contento, hacía años que no regresaba al campo. Su hermana lo había convencido para que fueran y pasaran allí unos días. Aceptó la invitación para desconectar del trabajo. Estaba inmerso en múltiples negocios muy importantes, y le había costado un mundo dejar el móvil en la ciudad. Jose estaba tranquilo, miraba a los árboles, ojeaba los pajarillos. Miriam se acercó a su marido y tras darle un buen beso, le cogió del brazo y fueron caminando hacia el interior del campo.
Roberto comenzó a hablar, para así dejar de pensar en el trabajo.
- Hacía años que no venía aquí Miri, me está relajando bastante.- comentó tranquilamente.
- Al final fue buena idea, Roberto, te puedes despejar de tanto trabajo.
- No me lo recuerdes, quiero desconectar hermanita.
- Dejemos el trabajo de una vez, estamos en el campo, no recordemos cosas innecesarias. - comentó Jose.
- Lo siento Jose, intentaré hablar con mis amigos para haber si te ayudan a encontrar trabajo...
- No, gracias, me valgo por mí mismo.
- Chicos, chicos...Relajaos, disfrutemos del campo.
Fueron caminando mientras Roberto sentía la mirada inquisitiva de su cuñado. Nunca entendió la envidia que le tenía. Él había tenido más suerte en la vida, tenía un buen trabajo, ganaba mucho más dinero, cosa lógica, ya que Jose no trabajaba. Le daba mucha lástima que su hermana hubiera acabado con un chico tan insignificante.
Llegaron a un mirador. Los tres se acercaron a ojear las vistas. Miriam se quedó más retrasada por su miedo a las alturas, en cambio su marido y su hermano se pusieron en el mismo borde del precipicio. Jose entonces habló.
- Bonitas vistas, ¿verdad?
- Si, ciertamente sí.
- Creo que será la última vez que la veas.
- ¿Por qué?- comentó preocupado.
Jose, sin pensarlo dos veces, con un empujón, lanzó a Roberto a las profundidades del precipicio. Le dio tiempo a ver como los ojos de Roberto se encendían en rabia y miedo. Una pequeña sonrisa emergió de la boca de Jose, mientras escuchaba el grito de terror de su hermana acercándose rápidamente hacia donde estaba."
Jose recordó de nuevo aquel sueño. Aquel sueño lo estaba torturando desde hacía semanas. Había encontrado consuelo en la bebida, pero últimamente se había acentuado. Entonces escuchó la voz de Arabia, y volvió a la realidad.
- Comencemos por tí, asesino...
Tras esto, los tres salieron a pasear. El cielo estaba despejado y no se atisbaba ninguna nube en el horizonte. Roberto estaba contento, hacía años que no regresaba al campo. Su hermana lo había convencido para que fueran y pasaran allí unos días. Aceptó la invitación para desconectar del trabajo. Estaba inmerso en múltiples negocios muy importantes, y le había costado un mundo dejar el móvil en la ciudad. Jose estaba tranquilo, miraba a los árboles, ojeaba los pajarillos. Miriam se acercó a su marido y tras darle un buen beso, le cogió del brazo y fueron caminando hacia el interior del campo.
Roberto comenzó a hablar, para así dejar de pensar en el trabajo.
- Hacía años que no venía aquí Miri, me está relajando bastante.- comentó tranquilamente.
- Al final fue buena idea, Roberto, te puedes despejar de tanto trabajo.
- No me lo recuerdes, quiero desconectar hermanita.
- Dejemos el trabajo de una vez, estamos en el campo, no recordemos cosas innecesarias. - comentó Jose.
- Lo siento Jose, intentaré hablar con mis amigos para haber si te ayudan a encontrar trabajo...
- No, gracias, me valgo por mí mismo.
- Chicos, chicos...Relajaos, disfrutemos del campo.
Fueron caminando mientras Roberto sentía la mirada inquisitiva de su cuñado. Nunca entendió la envidia que le tenía. Él había tenido más suerte en la vida, tenía un buen trabajo, ganaba mucho más dinero, cosa lógica, ya que Jose no trabajaba. Le daba mucha lástima que su hermana hubiera acabado con un chico tan insignificante.
Llegaron a un mirador. Los tres se acercaron a ojear las vistas. Miriam se quedó más retrasada por su miedo a las alturas, en cambio su marido y su hermano se pusieron en el mismo borde del precipicio. Jose entonces habló.
- Bonitas vistas, ¿verdad?
- Si, ciertamente sí.
- Creo que será la última vez que la veas.
- ¿Por qué?- comentó preocupado.
Jose, sin pensarlo dos veces, con un empujón, lanzó a Roberto a las profundidades del precipicio. Le dio tiempo a ver como los ojos de Roberto se encendían en rabia y miedo. Una pequeña sonrisa emergió de la boca de Jose, mientras escuchaba el grito de terror de su hermana acercándose rápidamente hacia donde estaba."
Jose recordó de nuevo aquel sueño. Aquel sueño lo estaba torturando desde hacía semanas. Había encontrado consuelo en la bebida, pero últimamente se había acentuado. Entonces escuchó la voz de Arabia, y volvió a la realidad.
- Comencemos por tí, asesino...
Me encantaa :)
ResponderEliminarSe supone que lo mata por que estaba en paro, pero claro, se supone. Ya saldrá la verdadera razón.
ResponderEliminarSerá cabrón el tio!!!O__O normal que ahora el cuñado venga a por él!! T´amoooooo cariñooooo!!
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