El Primer Sueño, Espejo Y Tiempo

El sol se alzaba majestuoso por toda su casa. Rayos de luz serpenteaban por toda su habitación, mientras una leve brisa de viento emergía por las rendijas que dejaba la improvisada ventana. Voces de personas se entremezclaban con los gritos de los vendedores, anunciando sus mejores adquisiciones. 

Carolina se despertó un poco sobresaltada. Aquel sueño había sido demasiado real, pensó. Apoyó los brazos en la cama para poder alzarse, pero notó que un dolor punzante recorría parte de su cuello. Se mareó un poco al levantarse, así que decidió recostarse de nuevo y esperar a que su habitación dejara de dar vueltas.Estiró los brazos en la cama, y se relajó, y entonces lo notó.Palpó unos segundos para reconocer aquello, pero no pudo aguantar más y por donde lo tenía agarrado tiró hacia arriba.

Los rayos de sol le impedían atisbar claramente que era, así que tuvo que esperar unos segundos a que su vista se acostumbrara a la luz. Tras pasar aquel momento, se dio cuenta que tenía un collar de plata en la mano. No entendía nada. No sabía que hacía aquel collar en su cama. Fue bajando lentamente la vista y pudo ver algo que la dejó paralizada. Un pequeño espejo colgaba con tranquilidad del collar. Un sudor frío le recorrió la espalda, cuando se fijó que era idéntico al de su sueño. Se alzó y, tras sentarse en la cama, se fijó mejor en él. Se le vino a la cabeza claramente todo el sueño, e intentó hacer lo mismo que en él, así que se acercó al mismo para intentarse verse reflejada, pero le fue imposible. Se levantó y se acercó hacia un cuadro que tenía frente a su cama, y tras pasar el espejo por allí, se dio cuenta que sí reflejaba el cuadro. 

Fue haciendo lo mismo por todo el cuarto hasta acabar en ella. Lo reflejaba absolutamente todo, con una excepción, ella. No entendía nada, así que salió al salón para preguntar a su madre.

- Mamá, ¿me has dejado esto en la cama?

- No cariño.¿ Es un espejo?-preguntó tras fruncir el ceño unos segundos.

- Pues debe ser papá, es curioso el espejo mamá. Refleja lo que desea.

- ¿Si? Enséñamelo...

Carolina se acercó a su madre y le prestó el espejo, y tras unos instantes girándolo y señalando varias cosas, respondió.

- A mí me refleja todo lo que pongo frente a él.

- Inténtalo conmigo, ya verás.

Su madre se acercó y puso el espejo frente a ella. Segundos después, respondió.

- Sí te refleja cariño.

- ¿Seguro? Déjame ver...

Carolina cogió el espejo y tras girarlo un par de veces, se quedó totalmente parada.

- Yo no me veo mamá.

- Anda, Carolina, déjate de cuentos, y ayúdame a arreglar la casa, ya que no vas al colegio.

Asintió levemente. Tenía la mirada puesta en aquel espejo de plata que parecía jugar con ella, se centró en las tareas e intentó olvidarlo.

Varias horas después su padre llegó a casa del trabajo, y ella se lanzó al segundo hacia su padre para preguntarle.

- Papá, ¿me has puesto ésto en mi cama?

- No cariño, ¿Por qué lo dices?

- Mamá no ha sido, y además no me refleja.

- ¿No? Recuerda que las cosas más fascinantes llegan gracias al paso del tiempo...

Carolina se quedó sola en el salón, pensando en la frase que le había dicho su padre.