Voces Muertas, Requiest Cati In Pace, Parte II FINAL
Jose se levanta, y tras mirar a su hija durante unos minutos, levantó a Miriam y la sentó en el sillón casi a la fuerza. Miriam no sabía que pensar, pero Roberto no dio tiempo a nada. Varias sombras comenzaron a girar en el centro del salón, y una silueta emergió para situarse frente Jose y Miriam. Ella atisbó la cara de su hermano, pero estaba demasiado difuminado para confirmar esos rasgos. El gramófono comenzó a sonar, y una melodia de piano comenzó levemente a sonar, y en ese mismo momento, Roberto comenzó a hablar.
- Has dejado morir a tu segunda hija. Veo que no tienes corazón, y lo demostraste una vez, y hoy, has dejado que mate a mi sobrina, sin hacer absolutamente nada. Me das asco cuñadito.
- Creo, sinceramente, que me das más asco tú. Has matado a tus sobrinas, sin apenas remordimientos, y eso si que es digno de asco.
-¿ Me hablas de asco? Te tengo que recordar que Sofía falleció porque le disparaste a la cabeza con una escopeta, y ahora, te he dado la opción de que acabes con el sufrimiento de tu hija,pero no te dije nunca que la mataras tú. Ahora sí que eres un asesino.
- Eres un asesino. Has dejado que nuestra hija fallezca, sin apenas mirar para ver como los ojos de Arabia pedían que la ayudaras, pero tú, has mirado hacia abajo para no ver tu vergüenza en los ojos marrones de tu hija.- comentó Miriam entre lágrimas.
- Realmente lo he hecho para que deje de sufrir por cosas de nosotros, Miriam. Porque tu también sabes que pasó.
- ¿Yo?, Yo no se nada, Jose.
- Sí que sabes amor mío, si que sabes, y mucho...
- Bueno, ¡basta ya! ¿Comenzamos con el relato?
- Aquel día, por la mañana, Miriam me comentó que estaba un poco harta de tus alardes por todo lo que habías conseguido. Ella nunca había conseguido llegar a donde tu habías llegado, y estaba muy celosa de ti. Me contaba que desde pequeña, había estado marginada por tus padres, y no sabía realmente el motivo de aquello. Entonces tu padre nos invitó a pasar aquellos días en el campo, y aceptamos de buen grado para intentar de limar asperezas.
- ¿Celos de mí, hermanita? Siempre fuiste la mimada de papá. Siempre te llevabas tú los mejores reyes. Nunca me dieron más que a ti, en cambio menos, fui siempre el ganador.
- Habías triunfado en la vida, habías conseguido ser un hombre poderoso y con dinero. Pero eso no quiere decir que por celos te hubiera matado.
- Claro que no, no fue por celos. Como ya dije fue un asesinato premeditado, y siempre he guardado el secreto del verdadero motivo de tu asesinato.Y creo que ya va siendo hora de que todo se sepa.
- Soy todo oídos...
- Tu hermana estaba realmente harta de tu chulería. Y habló con tu padre para que intentara evitar tus momentos de ego. Tu padre hizo caso omiso y nunca te dijo nada. Tu padre quería ir más lejos, porque hay algo que tú nunca llegaste a saber en vida.
- ¿Qué es aquello de lo que no sé?
- Eras adoptado, hermanito. Cuando al final, papá me contó eso, comencé a pasar de ti, y dejé de sentir que eras mi hermano, llegué a sentir asco de que fueras mi hermano.
- Y entonces decidí cumplir el sueño de tu hermanita, e intenté dejar de que fuerais hermanos, y creo que lo conseguí.
- Realmente eres un asesino, Jose, y gracias a ti, no conocí a mis sobrinitas, aunque ahora estén a mi lado.
- Pero bueno, tengo el consuelo de cumplir los sueños de mi mujer...- comentó entre carcajadas- además todavía queda que sepas porqué lo hice realmente.
- Pues continúa, asesino.Ahora si que te lo digo con todas las de la ley, ¿no?
- Tu queridísimo padre me ofreció tu puesto de trabajo, si tú por causas de la vida, desaparecieras...
- ¿Mi padre ordenó mi asesinato?
- Sólamente me daría un muy buen incentivo si desaparecieras....pero la verdadera idea surgió de tu hermanita.
- Y al final...¿Te consiguió el trabajo Jose?
- Pues si...¿O si no como crees que conseguí esta casa?
- Me alegro de aquello, Jose, al fin y al cabo, va a ser la casa que te vea morir...- dirigió su mirada a Miriam, y con rabia en la voz, comenzó a hablar de nuevo- Me mataste Miriam...Eras mi hermana y te quería, y aunque supiera que no eras mi hermana de verdad, te hubiera seguido queriendo, y tu me diste de lado por dinero y por celos...
- La vida es realmente dura, y te quería ver muerto, porque no eres mi hermano, y la herencia de papá es mía.
- Ahora eres tú la que me das asco, y pagaréis por ello.
Aquellas sombras comenzaron a dar giros por toda la casa, mientras los gritos de Roberto resonaron por todas las partes de la casa. Jose se relajó, y susurró algo, tras sentarse en el sofá...
- Al fin, la verdad se ha descubierto, y la muerte puede venir a por mí...
El fuego comenzó a emerger entre los escondites de la casa. Las puertas del salón, se cerraron de un golpe seco. Miriam comenzó a gritar e intentó golpear las puertas para intentar salir del salón. Las ventanas se sellaron y era imposible abrirlas.
- Ahora pagaréis con fuego vuestros pecados....
Jose se arrodilló, mientras los brazos comenzaron a quebrarse por varios sitios. No gritó en ningún momento. Segundos después, varias sombras se acercaron por la espalda, y con un objeto de hierro bastante grande, le golpearon varias veces en las piernas y brazos. El crujido de los huesos resonaba por encima del fuego, pero Jose no gritó en ningún momento. Mordió su lengua en repetidas ocasiones, para intentar remitir el dolor, pero la sangre comenzaba a inundar su boca y tuvo que escupir en varias ocasiones en el suelo. Casi mareado, pugnaba por mantenerse en pie, pero Roberto no le dio tiempo a más, y acercándose de nuevo por la espalda, le asestó el golpe de gracia en la nuca, destrozándole la cabeza. Segundos después cayó al suelo y la sangre se esparcía muy rápido.
- Ya pagaste por tu asesinato....- gritó con voz muy grave Roberto. Tras esto se escucharon potentes carcajadas.
Miriam se escondió entre el sofá y la pared, mientras el fuego comenzaba a emerger en las puertas del salón, devorando la madera con una rapidez totalmente increíble. El fuego rodeaba ya casi toda la estancia, y Miriam no pudo soportarlo más y se quedó en el centro, de pie.
- ¿Te atreves a lanzarte al fuego, Miriam?
- No me llames hermanita, sólo eres un parásito.
- Bueno, al menos este parásito te reunirá con tu verdadera familia, y podrás abrazar a tus pequeñas...
- Ése es el único consuelo que me queda...Podré ver a mis hijas.
- Veremos si es realmente así...
El fuego comenzó a rodear todo el cuerpo de Miriam, la cual comenzó a gritar de terror. La piel comenzaba a deshacerse, y .mucha parte del pelo comenzó a desaparecer. El fuego devoró gran parte de la piel de la cabeza, haciendo estallar los globos oculares. La piel caía al suelo, plegada en miles de formas por el calor. Los huesos se podían ver a través de la piel, y varios tendones comenzaron a pegarse a los huesos. Los gritos de Miriam resonaron por toda la estancia, mientras las carcajadas de Roberto se hacían escuchar con más potencia. El inmenso dolor le ayudó a casi desmayarse, pero en ese momento Miriam se relajó totalmente y sólo pensaba en abrazar a sus hijas y a sus padres, pero entonces sucedió. El fuego comenzó a desaparecer rápidamente, y Miriam no pudo aguantar el dolor y cayó al suelo. Las lágrimas emergieron desde lo más hondo de su alma, y entonces escuchó la voz de Roberto.
- Tu final aún no ha llegado. Vivirás toda tu vida anhelando ver a tus hijas, pero nunca las abrazarás, pedirás a Dios que te libere de este sufrimiento, pero ahí estaré yo para evitar que caigas en la tentación, y mueras. Pagarás todo el sufrimiento causado.....hermanita.
Un grito de terror emergió desde lo más hondo de Miriam, haciendo temblar los cimientos de su casa. Segundos después sintió un leve beso en su mejilla quemada, entonces las sombras comenzaron a difuminarse por toda la estancia, dejando un silencio terrorifico, y entonces lo escuchó.
- Requiest Cati In Pace...hermanita.
- Has dejado morir a tu segunda hija. Veo que no tienes corazón, y lo demostraste una vez, y hoy, has dejado que mate a mi sobrina, sin hacer absolutamente nada. Me das asco cuñadito.
- Creo, sinceramente, que me das más asco tú. Has matado a tus sobrinas, sin apenas remordimientos, y eso si que es digno de asco.
-¿ Me hablas de asco? Te tengo que recordar que Sofía falleció porque le disparaste a la cabeza con una escopeta, y ahora, te he dado la opción de que acabes con el sufrimiento de tu hija,pero no te dije nunca que la mataras tú. Ahora sí que eres un asesino.
- Eres un asesino. Has dejado que nuestra hija fallezca, sin apenas mirar para ver como los ojos de Arabia pedían que la ayudaras, pero tú, has mirado hacia abajo para no ver tu vergüenza en los ojos marrones de tu hija.- comentó Miriam entre lágrimas.
- Realmente lo he hecho para que deje de sufrir por cosas de nosotros, Miriam. Porque tu también sabes que pasó.
- ¿Yo?, Yo no se nada, Jose.
- Sí que sabes amor mío, si que sabes, y mucho...
- Bueno, ¡basta ya! ¿Comenzamos con el relato?
- Aquel día, por la mañana, Miriam me comentó que estaba un poco harta de tus alardes por todo lo que habías conseguido. Ella nunca había conseguido llegar a donde tu habías llegado, y estaba muy celosa de ti. Me contaba que desde pequeña, había estado marginada por tus padres, y no sabía realmente el motivo de aquello. Entonces tu padre nos invitó a pasar aquellos días en el campo, y aceptamos de buen grado para intentar de limar asperezas.
- ¿Celos de mí, hermanita? Siempre fuiste la mimada de papá. Siempre te llevabas tú los mejores reyes. Nunca me dieron más que a ti, en cambio menos, fui siempre el ganador.
- Habías triunfado en la vida, habías conseguido ser un hombre poderoso y con dinero. Pero eso no quiere decir que por celos te hubiera matado.
- Claro que no, no fue por celos. Como ya dije fue un asesinato premeditado, y siempre he guardado el secreto del verdadero motivo de tu asesinato.Y creo que ya va siendo hora de que todo se sepa.
- Soy todo oídos...
- Tu hermana estaba realmente harta de tu chulería. Y habló con tu padre para que intentara evitar tus momentos de ego. Tu padre hizo caso omiso y nunca te dijo nada. Tu padre quería ir más lejos, porque hay algo que tú nunca llegaste a saber en vida.
- ¿Qué es aquello de lo que no sé?
- Eras adoptado, hermanito. Cuando al final, papá me contó eso, comencé a pasar de ti, y dejé de sentir que eras mi hermano, llegué a sentir asco de que fueras mi hermano.
- Y entonces decidí cumplir el sueño de tu hermanita, e intenté dejar de que fuerais hermanos, y creo que lo conseguí.
- Realmente eres un asesino, Jose, y gracias a ti, no conocí a mis sobrinitas, aunque ahora estén a mi lado.
- Pero bueno, tengo el consuelo de cumplir los sueños de mi mujer...- comentó entre carcajadas- además todavía queda que sepas porqué lo hice realmente.
- Pues continúa, asesino.Ahora si que te lo digo con todas las de la ley, ¿no?
- Tu queridísimo padre me ofreció tu puesto de trabajo, si tú por causas de la vida, desaparecieras...
- ¿Mi padre ordenó mi asesinato?
- Sólamente me daría un muy buen incentivo si desaparecieras....pero la verdadera idea surgió de tu hermanita.
- Y al final...¿Te consiguió el trabajo Jose?
- Pues si...¿O si no como crees que conseguí esta casa?
- Me alegro de aquello, Jose, al fin y al cabo, va a ser la casa que te vea morir...- dirigió su mirada a Miriam, y con rabia en la voz, comenzó a hablar de nuevo- Me mataste Miriam...Eras mi hermana y te quería, y aunque supiera que no eras mi hermana de verdad, te hubiera seguido queriendo, y tu me diste de lado por dinero y por celos...
- La vida es realmente dura, y te quería ver muerto, porque no eres mi hermano, y la herencia de papá es mía.
- Ahora eres tú la que me das asco, y pagaréis por ello.
Aquellas sombras comenzaron a dar giros por toda la casa, mientras los gritos de Roberto resonaron por todas las partes de la casa. Jose se relajó, y susurró algo, tras sentarse en el sofá...
- Al fin, la verdad se ha descubierto, y la muerte puede venir a por mí...
El fuego comenzó a emerger entre los escondites de la casa. Las puertas del salón, se cerraron de un golpe seco. Miriam comenzó a gritar e intentó golpear las puertas para intentar salir del salón. Las ventanas se sellaron y era imposible abrirlas.
- Ahora pagaréis con fuego vuestros pecados....
Jose se arrodilló, mientras los brazos comenzaron a quebrarse por varios sitios. No gritó en ningún momento. Segundos después, varias sombras se acercaron por la espalda, y con un objeto de hierro bastante grande, le golpearon varias veces en las piernas y brazos. El crujido de los huesos resonaba por encima del fuego, pero Jose no gritó en ningún momento. Mordió su lengua en repetidas ocasiones, para intentar remitir el dolor, pero la sangre comenzaba a inundar su boca y tuvo que escupir en varias ocasiones en el suelo. Casi mareado, pugnaba por mantenerse en pie, pero Roberto no le dio tiempo a más, y acercándose de nuevo por la espalda, le asestó el golpe de gracia en la nuca, destrozándole la cabeza. Segundos después cayó al suelo y la sangre se esparcía muy rápido.
- Ya pagaste por tu asesinato....- gritó con voz muy grave Roberto. Tras esto se escucharon potentes carcajadas.
Miriam se escondió entre el sofá y la pared, mientras el fuego comenzaba a emerger en las puertas del salón, devorando la madera con una rapidez totalmente increíble. El fuego rodeaba ya casi toda la estancia, y Miriam no pudo soportarlo más y se quedó en el centro, de pie.
- ¿Te atreves a lanzarte al fuego, Miriam?
- No me llames hermanita, sólo eres un parásito.
- Bueno, al menos este parásito te reunirá con tu verdadera familia, y podrás abrazar a tus pequeñas...
- Ése es el único consuelo que me queda...Podré ver a mis hijas.
- Veremos si es realmente así...
El fuego comenzó a rodear todo el cuerpo de Miriam, la cual comenzó a gritar de terror. La piel comenzaba a deshacerse, y .mucha parte del pelo comenzó a desaparecer. El fuego devoró gran parte de la piel de la cabeza, haciendo estallar los globos oculares. La piel caía al suelo, plegada en miles de formas por el calor. Los huesos se podían ver a través de la piel, y varios tendones comenzaron a pegarse a los huesos. Los gritos de Miriam resonaron por toda la estancia, mientras las carcajadas de Roberto se hacían escuchar con más potencia. El inmenso dolor le ayudó a casi desmayarse, pero en ese momento Miriam se relajó totalmente y sólo pensaba en abrazar a sus hijas y a sus padres, pero entonces sucedió. El fuego comenzó a desaparecer rápidamente, y Miriam no pudo aguantar el dolor y cayó al suelo. Las lágrimas emergieron desde lo más hondo de su alma, y entonces escuchó la voz de Roberto.
- Tu final aún no ha llegado. Vivirás toda tu vida anhelando ver a tus hijas, pero nunca las abrazarás, pedirás a Dios que te libere de este sufrimiento, pero ahí estaré yo para evitar que caigas en la tentación, y mueras. Pagarás todo el sufrimiento causado.....hermanita.
Un grito de terror emergió desde lo más hondo de Miriam, haciendo temblar los cimientos de su casa. Segundos después sintió un leve beso en su mejilla quemada, entonces las sombras comenzaron a difuminarse por toda la estancia, dejando un silencio terrorifico, y entonces lo escuchó.
- Requiest Cati In Pace...hermanita.
Es increíble, no podía acabar mejor, me encanta !! Y eso se queda muy corto en serio :))))
ResponderEliminarflipantee , dioss lo k se puede acer por avaricia k asco =/
ResponderEliminarGRANDEEEEEEEEEE grande grande grande buenísimo final sobre todo cuando la quema me gustan todos los detalles.
ResponderEliminar¡QUE PAR DE HIJOS DE PERRA! :O
ResponderEliminarNo veía a Miriam capaz de ser así de... aaaggghhh
Ha sido genial, de verdad :)
me encantoooooooo *o* es una pena que se acabe pero el final creo que es inmejorable jijijiji
ResponderEliminarASCO DE ROBERTO.
ResponderEliminarMe encanta enserio; pero quiero que escribas más. :( Un muy buen final(:
L