Opinión: Guerra a los colores

Vivimos en un mundo donde hasta lo más nimio es motivo de examen por parte de una sociedad enferma. Cuántas veces has hecho, u oído la pregunta ¿por qué le vistes de azul si es una niña, o viceversa? Estamos acostumbrados a clasificarnos de muchas maneras y el ladro cromático no queda fuera de esa estadística. Si lo haces al revés no llegarán en llegar comentarios del tipo: "así empiezan a ser lesbianas" o "vas a amariconar al niño."

¿Por qué debemos hacerlo tan complicado? No es más fácil dejar que cada uno se vista del color que crea oportuno y dejarnos de nimiedades, que estar molestando a quién es feliz. Nada hay de malo en vestir de rosa y ser chico como en ponerse una camiseta azul si eres chica. Empezamos con estas tonterías desde pequeños y, luego, al querer vestirse como realmente desean vienen los problemas. No somos tan inteligentes para aceptar la diversidad más allá de un comentario o redes sociales.  Declaremos la guerra al color y hagamos que todo sea tan normal como hacer lo que nos de la gana con nuestra ropa. 

Bastantes problemas tenemos en la sociedad actualmente como para seguir buscando detalles para seguir clasificando a la gente. Lo mismo sucede con el negro. Si vistes de negro completo más de una vez a la semana ya te tildan de "raro" o mala influencia. No hablemos ya de peinados, tatuajes o piercings. Disfruta de tu color favorito sin dejar que nadie te juzgue o te diga cómo debes hacerlo. Quizás, dentro de unos años, tu serás feliz por haber hecho lo que has querido y otros, seguirán anclados en prejuicios de otro siglo, y todo por un color. 

Debemos aprender a dejar vivir a los demás, no debemos juzgar a nadie por sus sentimientos al vestir de una forma u otra. Con lo bonita que es la diversidad y no terminamos de que florezca por pensamientos que debieron quedar enterrados hace bastantes décadas.

¿Te unes a mi guerra a los colores, a la libertad?