Opinión: Privilegios santos... ¿A santo de qué?
Dejando claro que, técnicamente, España es un país laico, todo lo demás carece de sentido. ¿Por qué una institución católica se cree con el privilegio de no pagar el IBI? Pues sí, al parecer ayudar al prójimo solo es cuando nos convenga y salgamos en la foto, preferiblemente en fiestas navideñas.
Ahora que en mi ciudad, Huelva, por motivo de El Rocío, fiesta de alcohol y fiesta en la que el domingo se procesiona una imagen, hablaré algo que me parece lamentable. Las hermandades del Rocío se abstienen de pagar el IBI, para el que no lo conozca es el Impuesto sobre los Bienes Inmuebles. Un juzgado de Huelva le dio la razón a la hermandad hace unos años para no pagar por el edificio que posee en la aldea del Rocío. Es entonces cuando me pregunto... ¿Privilegios a santo de qué? Vivimos en un país en el que no se comulga, al menos oficialmente, ninguna religión y aun así debemos aguantar el baile que la Iglesia nos quiera dar intentando acogerse a leyes antiguas para no cumplir con sus deberes.
Seguiremos anclados bajo el miedo a la cruz mientras haya listos en nuestro país que quieran sacar provecho de los creyentes de verdad. No creo que quien crea realmente en el catolicismo quiera evadir impuestos para ayudar a otros fines que no sea el contribuir a mejorar diferentes aspectos de la sociedad, ya sea infraestructuras u otro medio. Si crees en la religión debes cumplir con tus deberes para poder tener derechos antes, pero resulta que aquí, en nuestro país de pandereta donde los políticos todavía bendicen las legislaturas y se brinda en nombre de Dios, es normal e incluso lícito y legal el poder dejar de pagar impuestos porque haya leyes que se lo permitan a unos cuantos.
El problema reside en que una vez dada la, injusta, razón a una hermandad, todas, las más de 100 que tienen una en la aldea van a querer tener el mismo privilegio. La manada ha olisqueado la sangre fresca y no va a dejar escapar a la presa. Así es nuestro país y así es la Iglesia. Proclama que tu dones y ayudes a los demás cuando ellos te lo pidan pero al parecer cundir con el ejemplo no les sale rentable.
Sigamos así, que la mayoría de los ladrones van con traje y corbata, pero no hay que olvidar a muchos que llevan sotana y una cruz al cuello.
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