Entrevista | Lidia: "Nuestra labor es asegurar el buen uso del medicamento"



Lo primero es agradecerte que aceptaras esta entrevista y cedieras parte de tu tiempo. Comencemos, como casi con todo, por el principio... 

¿Quién es Lidia? 

Lidia es una mujer que se toma la vida demasiado en serio. Que ha aprendido que no encaja, así que no lo intenta. También vive con muchas inquietudes, pero ha asumido que morirá sin respuestas. 

¿Siempre quisiste ser farmacéutica? 

No del todo. Yo quería ser científica. En la ESO, dando Biología, quería ser Bioquímica. A los quince años, mientras estudiaba la revolución francesa, tuve mi primera crisis de migraña. Debido a esto, fui al neurólogo (en la sanidad pública, quiero recalcar) quién se interesó por mis ideas de futuro. Me dio un consejo que agradezco muchísimo: que estudiara Farmacia. A partir de ahí, empecé a buscar información sobre la carrera y me enamoré completamente. De hecho, el día de jornada de puertas abiertas de la ULL (Universidad de La Laguna), solamente asistí a la charla de la Licenciatura de Farmacia. 

Hoy día cualquiera puede recomendarte un medicamento y creerte que es bueno, ¿cómo se combate eso?

 Con mucha paciencia. Es muy duro cambiar una opinión. Muy pocas personas aceptan el consejo experto que se les brinda desde la oficina de farmacia. Porque la esteticista o la vecina del quinto son incuestionables para los usuarios.. 

¿Crees que las redes sociales son positivas o negativas a la hora de recomendar? 

Extremadamente negativas. Ahora estamos teniendo un problema importante de salud pública con las ‘influencers’. Hablan de medicamentos en sus cuentas, como si estuvieran hablando de calcetines. Son las vecinas del quinto de las RRSS. Pero somos muchos los comprometidos y, cada vez más, hacemos la labor contraria en ellas. Explicamos las cosas bien y damos consejos desde allí. Así que esto es positivo. 

En mi casa casi siempre íbamos primero a la farmacia antes que al médico...  ¿Crees que la figura del farmacéutico/a está infravalorada? 

Creo que la gente no tiene muy claro qué estudiamos. Las farmacéuticas somos las sanitarias al que primero acuden los usuarios, pero casi siempre vienen como si fuéramos un supermercado: dame dame dame… Creo que nos ven como tenderos que tenemos que hacer todo lo que nos digan «porque el cliente siempre tiene la razón», pero ellos no son «clientes», son pacientes y necesitan ser asesorados por nosotras. Casi todos los medicamentos precisan de prescripción médica. Somos fuente de información, consejos, promotores y protectores de la salud. 

Somos los profesionales del medicamento, pero la dispensación y la prescripción entran en un conflicto de intereses y, por eso, la ley nos limita. Nuestra labor es asegurar el buen uso del medicamento e intentar que las personas no tengan que tomarlos, sino que lleven un estilo de vida saludable. Las farmacéuticas somos multidisciplinares, tenemos asignaturas de todo tipo en la carrera (bioquímica, botánica, fisiología humana, tecnología farmacéutica…). 

¿Qué piensas de aquellos que creen que eres un dependiente y que no sabes qué les estás vendiendo? 

En mi caso, lo sufro el doble. Como tengo cara de niña, asumen que no soy la farmacéutica y me mandan a llamar a cualquiera que vean mayor que yo. Al final, como solamente estén las compañeras técnicos, tengo que atenderlos yo, y hemos perdido un tiempo precioso. ¡Y eso que lo llevo escrito en la placa! La verdad que lo que siento es lástima; primero, por su ignorancia respecto a los conocimientos que manejamos las farmacéuticas y, segundo, por sus prejuicios. Solamente quiero añadir un matiz, en las oficinas de farmacia no se vende, se dispensa. La diferencia radica en que en la dispensación media el conocimiento experto. 

No todo es la Farmacia en tu vida, cuéntanos qué tal ves la sociedad...

 Deberíamos extinguirnos. Cada día pienso unos tres veces (hay días que más): ¿cuándo nos va a caer un meteorito? No creo que tengamos solución. Esto hay que empezarlo de cero. 

¿Estás contenta con el resultado de las elecciones? ¿Cómo ves el futuro tras el 10 N? 

Imposible estar contenta sabiendo que tenemos a 3,5 millones de personas intolerantes compartiendo el mismo oxígeno que el resto. Las cosas están muy complicadas, aunque se formalice el gobierno de izquierdas. Hay cosas que no se podrán tocar, porque no interesa. Hay un poder legendario que va a oponerse, no permitirán perder sus privilegios. Pero existe una fuerza dormida que es la nuestra, la de la gente de a pie; en concreto, la de las mujeres feministas. Tengo fe en este dragón que formamos entre todas. 

Tus redes sociales tienen un gran contenido feminista... ¿Es positivo o negativo? 

Positivo. Por supuesto. Todo lo que sea defender la igualdad y la justicia es positivo siempre. 

Has apostado por la música y tocas la viola, ¿cómo surgió esa inquietud? 

Mi amor por la viola nació en el colegio. Vino un señor a darnos una charla sobre los instrumentos de cuerda frotada, y me quedé fascinada con el sonido de esta maravillosa desconocida. Pero nunca comenté nada en casa. Una vez que empecé a trabajar, y tras ver el anime ‘Your Lie in April’, supe que era el momento de aprender música. Es una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. 

¿Te ves dando un salto mayor en la música? 

No. El camino es muy largo y estoy en la casilla de salida. Disfruto mucho las clases, los pequeños conciertos con la escuela. Eso me basta. 

Te has declarado asexual en tus redes sociales. Hay gente con muchos prejuicios al respecto. Cuéntanos qué significa exactamente.

Ser asexual significa «no sentir atracción sexual». No tiene nada que ver con despreciar el coito ni con tener miedo a enamorarse. Los alosexuales (heterosexuales, homosexuales y bisexuales) ven a una persona y piensan «qué bueno está, me lo follaría». A los asexuales no nos pasa eso. No es una elección. Muchos asexuales mantienen relaciones sexuales por motivos diferentes. Bien porque les resulta placentero, porque su cuerpo se los pide, porque quieren tener hijos… Pero no es porque alguien les excite, su deseo sexual no es causado por otro. 

Otros se enamoran y/o quieren enamorarse. Pero la atracción sexual no forma parte de su relación. Pueden mediar otras atracciones como la estética (apreciar la belleza de alguien) o la sensual (querer acariciar, abrazar…). Los prejuicios son muchos, sí. Vivimos en una sociedad hipersexualizada, que cree que sin sexo y pareja no puedes ser feliz.. Salirte de eso, hace a los demás sentirse incómodos. Les invito a leer a diferentes activistas en las redes sociales, sus experiencias y explicaciones. 

El boom audiovisual ha llegado, ¿eres más de cine, series o de un buen libro? 

Entre libros y series no sabría qué elegir. Dejémoslo en empate. 

Si es así, ¿qué has visto o leído que nos quieras recomendar?

«Las mujeres de la casa de las lilas» es un libro precioso. 

¡Muchas gracias por tu tiempo! Quedaron muchas en el tintero pero espero que en una segunda parte podamos terminarla. ¡Ha sido un auténtico placer!
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