Ese vaivén que me gusta...

 Hay decisiones que marcan una historia que no acabas olvidando jamás. Hay cadencias que marcan nuestro camino y te acabas zambullendo en la propia vida. Yo encontré un vaivén que me gusta hace largo tiempo ya. Parece mentira pero siento como si llevara toda mi vida siguiéndolo, persiguiendo aquel sueño que jamás soñé tener. Y porque jamás lo soñé, hoy lo tengo y vivo enamorado de ese movimiento. 

Un movimiento que va contigo, que tu marcas en las ocasiones en las que lo pierdo y vuelvo a esa oscuridad que me atrapa más veces de las necesarias. Cierro los ojos y acabo por no soñar, porque soñar es desear algo que no tienes y, hasta el momento y por suerte, lo tengo todo. Complementas esa sonrisa y ese contrapunto que mi mente necesita para seguir caminando. Tu guías mis locuras para que se hagan realidad, tu caminas a mi lado y surcas esas ideas que yo no entiendo, le das forma y las haces brillar. 

Hace largo tiempo que vivo soñando y disfrutando un vaivén que necesitaba. Gracias a ti por hacer posible que alguien desterrado de las buenas decisiones de los dioses haya encontrado su fuego de Vesta en tus ojos y siga surcando ese yermo desierto que es no estar contigo. Hoy, aunque no pueda estar, sabes que volveré a dormir gracias a ese vaivén que vive en mi recuerdo, en mi forma de ver la vida. Ese vaivén en forma de latido que hace que sepa que la vida, por fin, merece la pena.
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