La Bogeria del Cine | Mi vecino Totoro

  Título: Mi vecino Totoro

Director: Hayao Mizayaki

Año: 1988

País: Japón

Duración: 88 minutos

Presupuesto: $3.700.000
 
Recaudación: $30,550,727




_SINOPSIS_
 

 Con En los años 50, una familia japonesa se traslada al campo. Las dos hijas, Satsuki y Mei, entablan amistad con Totoro, un espíritu del bosque. El padre es un profesor universitario que estimula la imaginación de sus hijas relatándoles fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital. 


 _OPINIÓN PERSONAL_ 

 

Mi vecino Totoro es una de las más icónicas del estudio Ghibli. Bajo la historia principal de una madre enferma que se encuentra en el hospital de la ciudad, sus dos hijas y marido se traslada al campo para restaurar una casa en lo que ella se recupera. A partir de ahí entramos en una historia fantástica con toques de humor realmente brillantes. Satsuki y Mei, en especial la más pequeña, nos encandila desde un principio por su caza al fantasma que esconde la vivienda. Por el camino vemos como un poder superior entran que acabará encandilando al mundo.



Totoro, el espíritu del bosque, aparece cuando las pequeñas lo necesitan aunque no se comunique mediante palabras. Empieza una historia totalmente diferente a la que esperábamos y es que esa es una tónica habitual en las cintas de Ghibli. Podemos empezar con algo totalmente serio o humorístico y que la historia principal no tenga nada que ver con lo que imaginábamos. Eso sí, nos siguen dando noticias de la evolución de la madre que no nos dan buenas sensaciones pero, como ya he dicho, todo puede pasar.



La verdad es que todos queríamos tener un Totoro en nuestras vidas. Con un autobús en forma de gato y que nos acompaña en la espera con un paraguas mientras papá llega de la ciudad. Miyazaki vuelve a darnos otra clase maestra, en esta ocasión, presentándonos a alguien que será un icono del estudio, apareciendo hasta en el propio logo de la compañía. A partir de una película de casi hora y media hemos presenciado el nacimiento de un amigo para gran parte de la juventud que la vio, y la sigue viendo. Volvemos a tener un espectáculo visual increíble en la que, como viene siendo tónica, hasta cualquier reflejo y movimiento nimio aparece para darle la realidad que merece.



En definitiva, Mi Vecino Totoro acaba como todos hubiéramos deseado, aunque no nos lo cuenten en la propia película como tal. Casi hora y media de disfrute y buenos momentos con un toque humorístico realmente bueno, en contraposición de la tragedia y dureza de la anterior cinta del estudio. Una auténtica delicia que consagra, por si alguien tuviera dudas, de que Ghibli había venido para hacer historia en la animación, y esto es solo el principio de un legado inmejorable.
 

_VALORACIÓN_  

 9,4

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