Ansiedad

Miro alrededor. No encuentro salida. Todo brilla en torno a mi pero la oscuridad me sobrelleva a su camino, a su lado. Quiero correr y encontrar ese surco que me lleve a la realidad. Respiro cada vez más fuerte, con más ganas de explotar. Quizás debería haberme guiado por ella, quizás era la mejor opción. Miro alrededor. No encuentro salida y quiero romper las cadenas que me atan a esto. 

Unas cadenas demasiado antiguas y duras para que pueda romper esos miedos que me atenazan. Quizás sea el momento de destrozar mundos, cadenas y miedo y caminar hacia delante, como siempre quise soñar, como siempre debí hacer. Surcar caminos y mares en búsqueda constante de esa luz que se me niega por obligación. Mi mente corre desbocada y nadie puede pararla, ni siquiera yo. Respiro aún más fuerte, con ansias. Tengo que salir y no sé cómo, nadie me ayuda. No encuentro salida, quiero romper mi alma. 

Un alma que está cada vez más deshojada, más destrozada, mantenida con suaves hilos de recuerdos, esos que aún mantienen mis sentimientos en pie y que no permiten que caigan. Escucho golpes de fondo, martillos rompiendo cadenas, rompiendo almas y cristalizando un agua demasiado sucia. Cada vez están más cerca y no puedo moverme. Estoy clavado frente a ti susurrándote mis miedos a escondidas, sé que no puedes ayudarme, sé que quizás este sea el final de mi camino, de poner fin al dibujo que es mi vida. 

Miro alrededor. no encuentro salida. Todo brilla en torno a mi pero la oscuridad me tiene secuestrado, escondido de un futuro que viene a mi pero que yo esquivo sin motivos. O no.