Especial Al Pacino: Bobby Deerfield
Director: Sydney Pollack
Año: 1977
País: USA
Duración: 124 minutos
Reparto: Al Pacino, Marthe Keller, Anny Duperey, Walter McGinn, Romolo Valli, Stephan Meldegg, Jaime Sanchez, Monique Lejeune
Reparto: Al Pacino, Marthe Keller, Anny Duperey, Walter McGinn, Romolo Valli, Stephan Meldegg, Jaime Sanchez, Monique Lejeune
_SINOPSIS_
Bobby Deerfield es un exitoso piloto de coches de carreras. Sin embargo en su vida personal no sabe asumir un grave problema: su amada Lillian tiene una grave enfermedad, pero él, incapaz de enfrentarse a la situación, busca consuelo en Lydia, una seguidora suya...
_OPINIÓN PERSONAL_
Bobby Deerfield es una de las cintas más densas dentro de la filmografía de Al Pacino. Una película que no es fácil de digerir y mucho menos de entender al principio. Con un Bobby haciendo mutismo por el foro y del que tenemos pocas frases y nos lo transmite todo con sus acciones, o no, y su expresión facial. Al Pacino se enfrentaba a un papel duro y potente en el que tenía que sacar varias de sus virtudes para hacernos disfrutar y sentir.
En este caso la cinta, y la alegría, nos la trae Marthe Keller, que hace brillar en las partes oscuras al trabajo de Pacino y que se complementan bastante bien. Ella provoca los destellos que la Bobby Deerfield necesita para despertar y hacer que la película se ilumine. Los contrastes entre ambos se notan en, por ejemplo, los trayectos de Pacino en el coche cuando va a verla al hospital. Paisaje al fondo, montado en su coche y mirando al infinito. Esos instantes son los que nos demuestra toda la tragedia en un plano, en una mirada. La cinta si bien es cierto que en algunos momentos nos puede parecer pesada, es por su densidad.
No es una cinta para cualquier público. No esperes acción, no esperes una cinta que te mantenga en tensión durante todo el metraje. Es un trabajo de sentimientos, de ver como alguien rompe la coraza del otro sin que se de cuenta y le enseña qué es vivir, a pesar de que la vida sea demasiado corta para algunos. Es una lección de vida y, quizás, puede que te cueste entenderlo a la primera. Tiene mucho más mensaje del que vemos a simple vista. Si nos ponemos a bucear en cada mirada o cada frase, es realmente buena.
No es de las mejores de Pacino, de hecho la cinta no sería la misma sin Lillian, la chispa de la cinta y quién lleva todo el peso del tiempo, aunque el protagonista sea otro. El final, aunque trágico, siempre nos deja esa esperanza vacua de aquel que aprende a vivir y se lleva consigo a esa persona que jamás olvidará. Hay una escena que recuerdo alguna que otra vez y es cuando una pareja mayor se hace una foto y le pide a Bobby que le haga la foto, este acepta y cuando está hecha, le pide su dirección para enviarles una copia. Esa copia llega tarde, pero queda como un símbolo de lo que fueron y de lo que el será.
El amor a veces no es tan intenso, idílico o romántico como anuncian las películas románticas de hoy día. A veces es trágico, doloroso, brutal y desgarrador. Bobby Deerfield es una prueba de ello y es por eso, quizás, por lo que la gente no la recuerda, porque no quiere saber la otra cara del amor.
_VALORACIÓN_
_OPINIÓN PERSONAL_
Bobby Deerfield es una de las cintas más densas dentro de la filmografía de Al Pacino. Una película que no es fácil de digerir y mucho menos de entender al principio. Con un Bobby haciendo mutismo por el foro y del que tenemos pocas frases y nos lo transmite todo con sus acciones, o no, y su expresión facial. Al Pacino se enfrentaba a un papel duro y potente en el que tenía que sacar varias de sus virtudes para hacernos disfrutar y sentir.
En este caso la cinta, y la alegría, nos la trae Marthe Keller, que hace brillar en las partes oscuras al trabajo de Pacino y que se complementan bastante bien. Ella provoca los destellos que la Bobby Deerfield necesita para despertar y hacer que la película se ilumine. Los contrastes entre ambos se notan en, por ejemplo, los trayectos de Pacino en el coche cuando va a verla al hospital. Paisaje al fondo, montado en su coche y mirando al infinito. Esos instantes son los que nos demuestra toda la tragedia en un plano, en una mirada. La cinta si bien es cierto que en algunos momentos nos puede parecer pesada, es por su densidad.
No es una cinta para cualquier público. No esperes acción, no esperes una cinta que te mantenga en tensión durante todo el metraje. Es un trabajo de sentimientos, de ver como alguien rompe la coraza del otro sin que se de cuenta y le enseña qué es vivir, a pesar de que la vida sea demasiado corta para algunos. Es una lección de vida y, quizás, puede que te cueste entenderlo a la primera. Tiene mucho más mensaje del que vemos a simple vista. Si nos ponemos a bucear en cada mirada o cada frase, es realmente buena.
No es de las mejores de Pacino, de hecho la cinta no sería la misma sin Lillian, la chispa de la cinta y quién lleva todo el peso del tiempo, aunque el protagonista sea otro. El final, aunque trágico, siempre nos deja esa esperanza vacua de aquel que aprende a vivir y se lleva consigo a esa persona que jamás olvidará. Hay una escena que recuerdo alguna que otra vez y es cuando una pareja mayor se hace una foto y le pide a Bobby que le haga la foto, este acepta y cuando está hecha, le pide su dirección para enviarles una copia. Esa copia llega tarde, pero queda como un símbolo de lo que fueron y de lo que el será.
El amor a veces no es tan intenso, idílico o romántico como anuncian las películas románticas de hoy día. A veces es trágico, doloroso, brutal y desgarrador. Bobby Deerfield es una prueba de ello y es por eso, quizás, por lo que la gente no la recuerda, porque no quiere saber la otra cara del amor.
_VALORACIÓN_
9,6
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