Circo Negro, El Pacto, II

Todo era una posibilidad. Todo era una salida. Sólo tendría que valorar la propuesta que aquel hombre venía a ofrecerle y, quien sabe, podría seguir con su circo por todas las ciudades que antaño disfrutaban con él. Instantes después de que la tormenta cesara levemente, miró al plantel de trabajadores y con un asentimiento fuerte y serio, más fingido que real, confirmó a todos la orden que aquel hombre había puesto como condición a aquella extraña reunión. Marc todavía seguía valorando el aspecto de aquel señor que había entrado sin apenas nadie enterarse, y que había escuchado aquella despedida que tanto tiempo llevaba preparando.

Se fijó en que, pese a la edad que pudiera tener, se manejaba con soltura y elegancia a pesar de la espalda algo encorvada y con aquel bastón que le había llamado la atención desde que lo vio minutos antes. El mismo parecía rodear la mano con finas garras, y él juraría que lo tenía clavado en la piel...Sacudió levemente la cabeza y encaró a aquel hombre con fuerza y decisión. No debía olvidar que él era el dueño del Circo Maravillas, y aunque pudiera ser su salvavidas, debía mostrar el orgullo que todas aquellas lonas soportaban. Sin más, y antes de que aquel hombre se le adelantara, comenzó a hablar. 

- Buenas noches. Su petición ha quedado aceptada y como ve, mis trabajadores se han retirado en concesión a la oferta que dice querer ofrecer por este ajado circo...

- Ajado, si. - cortó a Marc, y aunque éste mostró cierto enfado, le dejó hablar. - Pero no hay un circo con más años de vida en todo el país. Y aunque no esté viviendo sus mejores tiempos, he de reconocer que todavía mantiene el poder de aquellos años de gloria... - terminó su frase alzando la vista hacia el techo de lona que se alzaba para acabar en pico donde se entremezclaban focos antiguos y los columpios que los trapecistas usaban en un tiempo lejano, pero que decidían montar en recuerdo del pasado del circo.

- Veo que conoce el circo desde hace muchos años. Entonces podrá ver que ya solo es un triste recuerdo de lo que llegó a ser... - fue caminando lentamente hacia aquel señor que se había quedado parado, y no dejaba de mirar al techo y su alrededor. Aprovechó ese silencio para seguir. - Hoy día no tiene comparación con los años de felicidad y sonrisas que tuvo el Circo Maravillas. Nada que ver con aquellos años...

- Cierto, hoy en día es una miseria de circo. - acentuó la palabra miseria para ver la reacción de su interlocutor, que asintió con cierta desidia. - Y me pregunto cual es la razón de que tan maravilloso circo se haya ido a pique, porque si no recuerdo mal, el circo tiene este nombre gracias a los niños... ¿Cierto?

- Eso es, veo que tiene muy buena memoria pese a su edad... Si, hicimos una especie de encuesta por las ciudades que íbamos pasando en nuestro primer año y ganó por amplia mayoría el nombre de Circo Maravillas.

- Demasiada memoria para un hombre anciano, ¿verdad? No se relaje por tener delante a un anciano, que es como me llama, puede que yo sea el salvavidas que mas desea.

Marc se quedó callado unos instantes. Se dio cuenta que su orgullo y su  pequeña juventud frente a aquel hombre, que parecía no dejarle tregua alguna, le había jugado una mala pasada  así que, con un ademán de la mano, le invitó a que siguiera. Aceptaba las reglas de aquel hombre porque, de hecho, no tenía otra opción mejor, ni nada que perder.

-Veo que acepta mis reglas, y hace bien. No tiene más opción que la mía y lo sabe. Sí, se la anécdota del nombre porque yo fui uno de esos niños que votó con verdaderas ganas para que su nombre fuera el que hoy día recorre las ciudades intentando levantar un vuelo que decayó hace años. Nunca pensé que llegaría a tal decadencia, una decadencia digna de los que hoy trabajan en él que no consiguen sacar sonrisas a los pequeños, si no hoy día sería un circo como antaño, y no una simple caricatura de un pasado mejor. En fin... La vida da muchas vueltas por lo que veo.

Su interlocutor guardaba con paciencia cada humillación vertida por aquel hombre, aquel hombre que ni siquiera había dicho su nombre. Aquello le parecía demasiado extraño, pero debería esperar, esperar por el bien de su futuro y del circo, debía soportar todo lo que quisiera si quería seguir.

- Veo que conoció muy bien los años de gloria, y supongo que también conoce bien sus años de decadencia, tal y como usted dice...

- ¿No lo son? Viendo su forma de ver las cosas entiendo que no vea la realidad de un circo que navega muerto por las ciudades...

- Sí lo veo, es muy duro ver como el sueño de toda una vida ya no depende de mi señor... - acentuó el final, quedando a la espera del nombre.

- Llámeme Roberto. No hace falta tantas formalidades con quien seguramente va a ser el dueño y socio de usted por los próximos años.

- Me alegra ver su optimismo con este circo que ya sólo hace funciones para cuatro o cinco chicos, como ha sido el caso de esta noche... No veo como usted puede hacer que el Circo Maravillas remonte el vuelo.

Roberto comenzó a pasear por la arena seca, suspirando y mirando todos y cada uno de los secretos que el circo escondía. De forma resuelta se quitó el sombrero y lo sostuvo en la mano mientras lo alzaba señalando el circo. Marc no entendió lo que quería dar a entender. Fue entonces cuando alzó la voz para aclararlo.

- Todo esto es un mundo realmente increíble. El momento de sacar sonrisas a un niño es algo maravilloso, y por eso, en mis años finales de vida, quiero ayudar a que esas sonrisas vuelvan a estas gradas, tal como en mi infancia consiguió que sonriera tantas y tantas veces, y que los trabajadores que actúen en esta arena, - dio una suave patada a la arena seca para acompañar sus palabras. - sigan disfrutando de ellas... Si, eso quiero para acabar mi vida. 

- Algo muy loable, pero todavía no me ha contado la oferta. - rebatió con prisas por saber los datos de la misma. 

- Es usted un hombre directo, no se deja llevar por los recuerdos, o al menos no frente a las personas, - comentó con una sonrisa enigmática. Se dio cuenta de que su interlocutor quedó sorprendido unos segundos, y volviendo a sonreír, siguió hablando.- Si, es cierto, no le he contado nada sobre la oferta, aunque no tiene nada de extraña. Le ofrezco futuro y sonrisas a cambio de ser el dueño de este pequeño circo, así de simple.

- ¿Así de simple? No me creo que después de tantos años sufriendo, todo acabe siendo tan fácil...

- Y no lo es mi querido amigo, no lo es. Quieres volver a sentir las sonrisas de los niños, la felicidad de los padres acudiendo a un circo que antaño fue muy grande, lo veo en tus ojos. Esa ambición todavía corroe tus venas y tu cerebro. Todavía ansías hacer feliz a los pequeños, pero hay algo que ansías aún más. Deseas la gloria que te mereces, que merece tu circo, la creación de tus padres y más tarde tuya, y yo te puedo ofrecer todo aquello que anhelas siempre que aceptes mi única condición querido amigo, sólo una y simple condición... - y con esto se giró y comenzó a acercarse, a una de las gradas, y tras sentarse en unos de los bancos, alzó la vista para admirar el poder que aquel circo le ofrecía. 

El dueño del circo frunció el ceño ante aquel hombre. Todavía desconfiaba. No podía pensar que todas sus penas acabaran si aceptara una condición, una condición que no sabía, cierto, pero que no podía ser más dura que todo los malabares que había tenido que hacer para poder seguir manteniendo aquello abierto, y por ende el futuro de sus trabajadores. No se lo pensó y caminando con tiento, se acercó a aquel hombre hasta quedar frente a él, de pie, para hacer la pregunta obvia.

- ¿Y qué condición es esa?

- Muy simple. Yo te ofrezco todo lo que anhelas y te mereces a cambio de las almas de ciertas personas. Almas que necesito para seguir viviendo y poder seguir cumpliendo con este pacto que te ofrezco. Sólo unas pocas almas a cambio de toda una vida de gloria, poder y sonrisas de los niños... Un precio muy bajo para continuar con tu mayor sueño... - Roberto calló unos instantes y luego clavó sus ojos celestes en los de su nuevo amigo para hacer más potente su pregunta. - ¿Aceptas el pacto?

El orgullo, la vanidad y las ansias de poder hicieron el trabajo perfecto en el ánimo decaído de Marc, y vio, para su sorpresa, que aquel hombre tenía toda la razón del mundo. Unas cuantas almas de gente que no conocía por poder mantener su mayor sueño, por hacer sonreír a los niños, y porque no, por tener lo que se merece, por tener el poder y la gloria que siempre se mereció en un mundo olvidado y despreciado por muchos. Era la hora de demostrar el poder que tenía su circo. El poder del Circo Maravillas, así que sin más preámbulos respondió.

- Acepto.

Los ojos de Roberto brillaron unos segundos, tan sólo unos segundos en los que Marc no se dio cuenta. Todo había salido perfecto. Podía seguir viviendo los años que el orgullo y la vanidad de aquel hombre le permitieran, pero ya se encargaría él de mantenerlo vivo y poderoso. Era algo que no podía perder.

- Ha elegido la mejor opción, querido amigo. Ahora contemos a sus trabajadores todo aquello que podemos contar. Como ya entenderá, ciertos aspectos quedan entre usted y yo... - y tras levantarse y con una postura orgullosa, como quien le da un caramelo a un niño asustado, alzando la mano, se la ofreció.

Marc aceptó el apretón de manos de aquel hombre. Nunca imaginó que pudiera hacer un pacto con el mismo Diablo ni las consecuencias que pudiera tener, pero aquello no le importó ni un ápice. Todo lo que merecía y deseaba estaba por llegar. Instantes después de comenzar a andar, las tormentas resonaron de manera brutal, como si aceptaran aquel pacto que se acababa de firmar. Lo que no veían claro las tormentas era si aquel pobre hombre entendía realmente que había firmado aquel pacto con su propia sangre.

8 comentarios:

  1. Wow... Una vez más, sin palabras.
    Me he leído todo el capítulo con la boca abierta y deseando que no se terminase.
    La verdad, yo también haría un pacto como ese si tuviese la oportunidad, pero no creo que pudiese hacerlo por mi sangre...

    En serio, enganchadisima desde la primera letra. Qué puedo decirte, me ha encantado y espero ansiosa, como la última vez, el siguiente capítulo.

    Un besazo enorme!
    Y que el Circo Maravillas continúe con su espectáculo.

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  2. Cuando Roberto ha tardado en dar la condición estaba jhdfhdjhdvcgh ¡Como enganchas!
    Le veo un gran futuro a esta increíble historia
    Besos!!

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  3. Realmente está muy interesante. A veces me perdí, sobretodo lo de las almas me confundió un poco, pero después volví a cogerle el hilo (no es personal, me suelo perder bastante cuando se trata de leer en digital u.u).
    Nos has dejado con mucha intriga. ¿Qué pasará ahora con el circo? ¿Conseguirán un misterioso y repentino éxito?
    Espero el siguiente ^^
    Besos

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  4. Hola, Jesús! Gracias por mencionarme en twitter, quizás no lo habría leído, no me había dado cuenta xD.
    Te voy a comentar que la historia en sí está muy bien, bastante original. Pero, si me permites la crítica constructiva, creo que este se me ha hecho algo más largo. Me encanta la historia pero quizás deberías, no sé..."aligerarlo" un poco. No sé si me entiendes jeje.
    Me he tomado la libertad de hacerte este comentario sin apenas conocerte, espero que no te importe.
    Espero que salga pronto el tercero ;)
    Un saludo, JJParejo.

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  5. ¿Qué decir?
    Como siempre, más que genial. Tienes una facilidad para enganchar increíble, ya lo sabes. Me encanta la historia y estoy deseando leer la tercera parte.
    Tienes un gran talento y vales mucho más que el oro. No cambies nunca.
    No sé que más decir, llevo desde el jueves pensándolo. Ya sabes que no se me dan muy bien las palabras. Sé que prometí un comentario extenso, pero bueno.. Espero que estas míseras palabras sean de tu agrado.
    Te quiero,

    Maia

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  6. Ha sido muy bueno, realmente me ha gustado.
    Sigue así, besos.

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  7. ¡Hola! :)
    Como prometí aquí estoy (después de que se me pasase dos veces comentar, aunque ya había leído el capítulo, como sabes). Estoy de acuerdo con el comentario que dice que este se ha dicho algo más largo, pero no lo veo como algo "negativo" sino positivo puesto que has sabido dar la información justa manteniendo la intriga hasta el final y haciendo que quisiese continuar. Me está gustando mucho la historia. No lo digo porque seas tú, de verdad me encanta. Y no sé que más añadir, estoy deseando continuar leyendo.
    Muchos besos mi tonto!!
    PD: Muchas gracias por avisarme para ser el comentario siete y dejarme serlo. ;)

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  8. Vaya, una aparición estelar en este segundo capítulo, la presencia del Diablo. Interesante trama se presenta, tengo ganas de ver cómo se desarrolla y en qué interviene el ladrón de almas respecto al circo. Por supuesto, quiero leer ya las consecuencias que tendrá el protagonista por haber aceptado tal pacto, creo que se llegará a arrepentir.

    Un abrazo y no dejes de escribir, ¡grande!
    Abel Jara Romero

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