Entrevista A Javier Sierra, Gran Escritor Y Todo Un Referente.
Lo primero es agradecerte que aceptaras y espero que te sientas cómodo con las preguntas. Para los muy pocos que no conozcan a Javier, es uno de los autores españoles más leídos, y cuenta en su carrera en las letras con diferentes joyas, como La Cena Secreta, El Ángel Perdido y ahora su nueva novela, la cual está triunfando, El Maestro Del Prado y las Pinturas Proféticas.
Pero todo tiene un principio…
¿Quién es Javier Sierra?
¡Qué difícil es definirse desde dentro! Soy, como todos, un ser humano con muchas dimensiones. Con muchas características. En mi caso, la esencial es la curiosidad. Me atrae lo desconocido, pero también lo que creemos que es conocido y que, sin embargo, una vez puesto bajo el microscopio, revela facetas que antes eran invisibles. Esa inclinación a hacer preguntas y a plantearme retos es la que mejor define mi personalidad.
¿Siempre quisiste ser escritor?
Quise contar historias desde muy niño. Supongo que traje ese don “de serie”, porque ahora la reconozco en mis hijos y créeme si te digo que yo no se lo he inculcado. Ahora bien, contarlas oralmente (empecé a hacerlo con 12 años, en la radio) o por escrito fueron decisiones que llegarían más tarde en mi vida.
¿Qué pensó su familia de esa decisión?
La respetó. Que no es poco. Mis padres fueron funcionarios del Estado y querían para su hijo una vida estable y predecible, pero cuando decidí salirme de ese carril lo comprendieron y me dieron su apoyo. Nunca se lo agradeceré bastante.
¿Le apoyaron?
¡Desde el primer momento! Cuando a los 12 años me hice cargo de mi primer programa de radio semanal para público infantil, ellos sólo me pidieron que ese “pasatiempo” no interfiriera en mi rendimiento escolar. Pusieron toda la responsabilidad sobre mis hombros y aprendí a equilibrarla para que no me aplastase.
¿Fueron duros tus inicios?
Yo no los recuerdo así. Al contrario. Los vi desde la óptica de la ilusión. En los primeros ochenta el acceso a la información no era como ahora. Si querías leer una revista antigua debías buscarla en los mercadillos o librerías “de viejo”. Si lo que buscabas eran programas de radio o televisión, debías escribirte con quien pudiera tenerlos y pedírselos. De muy niño empecé a leer los anuncios de los lectores en revistas especializadas, en los que ofrecían todo tipo de cosas. Por fuerza uno debía de ser más activo, más despierto. Había que poner mucho de tu parte, y no cejar ante la dificultad. La emoción de encontrar un libro descatalogado te llenaba durante semanas. Hoy, por desgracia, eso ya no es así… Quizá desde nuestra perspectiva actual parezcan años llenos de dificultad, pero también lo fueron de emociones.
¿Qué hay que tener para ser uno de los mejores autores españoles?
Yo no soy capaz de ponerme esa etiqueta. Cada nuevo libro lo comienzo desde cero, con la misma inquietud e incertidumbre que el primero. No doy por hecho que detrás hay lectores esperando una obra mía. Sencillamente, me planteo escribir el libro que a mí me gustaría leer. Y eso es todo. ¿Está ahí la respuesta a tu pregunta? Quizá.
¿Quién fue su referente de pequeño?
Hubo muchos. Sin embargo, recuerdo con especial afecto a Antonio Ribera. Él fue uno de los primeros escritores españoles de ciencia-ficción. Firmó muchos de sus escritos con pseudónimos anglosajones porque eso “vendía”. Pero con el tiempo se especializó en obras sobre exploración submarina y hasta sobre platillos volantes. Le escribí en 1985, cuando tenía sólo 14 años, ¡y empezamos a cartearnos! Fue mi primer contacto con un escritor y, la verdad, fue a través de sus ojos que me enamoré de su oficio.
¿Lo sigue siendo?
Antonio se convirtió en una especie de “abuelo intelectual”. Yo no llegué a conocer a los míos, así que cuando él falleció en 2001 sentí que perdí mucho más que un amigo. Fue él quien me empujó a leer en inglés, a cruzar disciplinas, a interesarme por aspectos de la cultura clásica que me eran ajenos… ¡Tantas cosas! Después descubriría a referentes como Umberto Eco, Christian Jacq y tantos otros.
Pero las letras no lo son todo en su vida…
No. Claro que no. Las letras son el medio para contar una historia, no el fin último y supremo. Hay que vivir para contar.
¿Cómo es un día normal para usted?
El ritmo de mi casa lo marcan, como sucede en tantos hogares, los niños. Cuando ellos se levantan para ir al colegio, todos lo hacemos. Desayunamos juntos y cuando la casa queda tranquila, comienza mi trabajo. Leer y escribir, si es el momento. Preparar viajes o atender correspondencia, si toca. Y si necesito paz para crear, me refugio en alguna de las bibliotecas que tengo cerca de casa o me escondo en mi “cueva”, un emplazamiento secreto que no tiene teléfono… ni cobertura. ¡Ni falta que hace! Tras la creación, regreso a los brazos de mi familia y disfruto del fin del día a su lado. Como ves, bastante normal.
¿Tiene alguna manía que se pueda contar?
Cada vez que empiezo un libro busco la música que acompañará la escritura. A veces tardo meses en dar con la adecuada… y me desespero.
¿Con qué aficiones suele relajarse?
Me gusta caminar. Y con César Pérez de Tudela descubrí las bondades de la alta montaña. ¡Me encanta!
¿Prefiere leer o escuchar música?
¿Ah! ¿Son incompatibles?
También lo podemos ver en diferentes ocasiones en Cuarto Milenio…
Claro. Es uno de los mejores programas de televisión que tenemos.
¿Cómo es colaborar para un programa tan diferente en la parrilla actual?
Me gusta lo diferente porque es auténtico. Y “Cuarto Milenio” lo es. Ha crecido mucho desde que empezó en 2005 y me alegra haber acompañado a este espacio desde que inició su travesía al poco de que yo dejara la dirección de “El otro lado de la realidad” en Telemadrid y decidiera concentrarme en mis libros.
¿Cómo es trabajar con Iker Jiménez?
Iker y yo no trabajamos, ¡disfrutamos! Nos encanta lo que hacemos. Nos entendemos con sólo mirarnos y sabemos cómo debemos contar las historias que nos apasionan a ambos. De ahí nace esa química que la cámara, claro, capta.
Me quedaron algunas dudas sobre su última novela, El Ángel Perdido…
¿Cómo fue la idea de crear una historia sobre ángeles?
Necesitaba contar los puntos en común que tienen la mayoría de los “mitos de la creación” de las culturas antiguas. Todos hablan de ellos, de esos “infiltrados” divinos que pueden pasar desapercibidos entre nosotros y cambiar nuestro destino. Me intrigaba saber por qué todos los pueblos cuentan esa clase de historias… y me puse en marcha.
¿Se llegó a descubrir algo en el monte Ararat?
En el proceso de documentación de El ángel perdido tropecé con otro “mito” global: el del Diluvio. Exploré algunas de sus variantes y tropecé con la creencia de que en la cumbre de ese monte turco descansan los restos del Arca de Noé. Decidí pedir los permisos de escalada y me puse en marcha para documentar esa región en persona… Por desgracia, no logré dar con el arca en su cumbre pero lo que aprendí en mi expedición fue muy, pero que muy útil.
¿Cree que el libro puede llegar a ser real, a grandes rasgos?
¿Real? El libro es real. Todas las historias son reales en cuanto se escriben, porque el lector les da esa naturaleza. Otra cosa es que sean verdad… Ya veremos.
¿Pudo tener un final mejor?
Lo dudo.
Ahora hablemos de tu nueva novela…
¿Qué podemos encontrar entre sus páginas?
El maestro del Prado es mucho más que una novela. En realidad es una manera diferente de aproximarse al arte. He querido descubrir al lector que la pintura tuvo en sus orígenes una función trascendente, espiritual, y que la estética o la belleza fueron dos de sus cualidades secundarias. Hay un gran misterio tras la aparición del arte, porque cuando irrumpió en la Historia nos convirtió en lo que somos: humanos conscientes. Y ése es el mensaje profundo del libro, que se esboza sobre una trama de intriga y descubrimientos como todas las mías.
¿Nos sorprenderá?
¡Seguro!
¿Qué tiene de diferente con el anterior?
Cada nueva obra es un paso más en la trayectoria del autor. Ésta tiene una serenidad que contrasta con la vertiginosidad de El ángel perdido, y que creo le da más impacto al mensaje.
¿Veremos un cambio de género en tus próximas novelas?
No escribo “género”. Mis novelas son “obras de búsqueda”, como aquellas primeras creaciones literarias de “El poema del Grial”, que buscaban dar luz a sus lectores. Y sí, pienso seguir en esa senda.
Estoy intentando probar suerte con mi primera novela…
¿Qué consejo me darías?
Que seas fiel a tu voz, a tus inquietudes. Pregúntate qué tienes que ofrecer y sigue tu instinto.
¿Crees que las editoriales prefieren al famoso de turno antes que al talento no reconocido?
Las editoriales publican de todo. Buscan sostener una estructura, un negocio. Si tu obra tiene “verdad”, encontrará lectores y ellas te publicarán. Cree en ti.
¿Es justo?
La justicia o no, nos la ganamos los autores poco a poco con lo que escribimos. No te preocupes por lo que hagan los demás.
¿Prefieres ebook o libro en papel?
El papel. Aunque reconozco las bondades del ebook. De entrada, no se descataloga nunca.
¿Crees que el precio desorbitado de algunos libros electrónicos hace que nos decantemos por el tradicional?
El precio del ebook tiene ese componente disuasorio, pero se equilibrará. No queda otra salida.
¿Crees que el IVA está matando la cultura en nuestro país?
No es el IVA. Es el afán intervencionista y recaudatorio de nuestros gobiernos lo que mata la cultura y las manifestaciones libres. Pero me parece aún más grave el IVA a productos sanitarios, la verdad. Si es misión del Estado velar por la salud física e intelectual de sus ciudadanos, lo están haciendo francamente mal.
Ahora para terminar vamos a conocerte un poco más…
¿Cree en la libertad?
Somos libres… pero antes debemos querer serlo. El miedo es el peor enemigo de la libertad.
¿Está todo inventado?
No. Es de necios decir eso.
¿Lucharía contra lo imposible por un sueño?
Ya lo hago.
¿Quién es su mayor ídolo?
Aquel que descubre que tiene alma, ya es ídolo para mí.
¿Volvería al pasado a recuperar alguna amistad?
No. En lo personal, siempre miro al presente.
¿Cree que el silencio es la respuesta para muchos?
El silencio es una opción respetable.
Y hasta aquí la entrevista. Espero que le haya gustado las preguntas y que pronto podamos repetir con una segunda parte para conocerle aun más. Ha sido un placer y mucha suerte con su novela.
Un placer.
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