Circo Negro, El Pacto, III
Roberto sacó a pasear su sonrisa una vez que aquel hombre había aceptado el pacto. Marc no pudo discernir el motivo real de la misma ya que estaba demasiado contento por haber salvado su orgullo, su ego, y el Circo Maravillas. Una vez aceptado, ambos convinieron ir al lugar donde la plantilla esperaba la resolución de aquella extraña reunión, y aun más extraña oferta. Roberto no quiso dar un paso en falso y al instante matizó algo.
- Marc, querido amigo, espero que los detalles de nuestro pacto se queden entre usted y yo, no quisiera que nadie supiera los mismos. A los trabajadores sólo les interesa los datos económicos y futuros contratiempos que ya sabemos que no va a ver, así que le ruego que deje que yo me encargue de la situación. No puedo permitirme un error por su ilusión.
- Claro, pero al menos permítame a mi anunciarles la continuidad del Circo. Es algo que les debo a todos.
Su interlocutor asintió con aire ausente, de todos modos era su última acción como alguien importante en aquel organigrama que acababa de cambiar hacía unos cuantos minutos, aunque ni su nuevo amigo tuviera conciencia de lo que acababa de pasar. Siempre había pensado que la vanidad era de sus pecados favoritos. El hombre caía rendido ante aquel instante como lo hacían todos. Por una vez en tantos años se alegró que el ya no tuviera el poder ni la libertad de hacerlo.
Iban paseando por la arena en dirección a la salida trasera por donde los payasos y malabaristas entraban al centro del Circo. Pasaron por un corto túnel de lonas negras y aparecieron en una pequeña sala donde había algo de comer para los trabajadores, además de unos cuantos antiguos espejos donde poder maquillarse y retocarse antes de salir a escena. Roberto miró alrededor y comprobó, no sin cierta desidia, lo mal que estaban las cosas en aquel tiempo cuando en antaño se duplicaban las mesas de comida y triplicaban los espejos. Echó atrás la memoria y recordó momentos que al instante tuvo que desechar para poder continuar sereno y mostrando un poder que le hacía fuerte ante todos. Serenidad y su voz. Marc comenzó a hablar, sacando de sus pensamientos a todos los allí presentes.
- Tras una reunión muy fructífera he de comunicaros que he decidido aceptar la oferta que aqui nuestro nuevo amigo me ha ofrecido, y puedo decir con orgullo que el Circo Maravillas continuará abierto, pero esta vez con la ayuda de... - Roberto carraspeó levemente y Marc comprendió. Fue inteligente y calló para dejarle hablar.
- Así es, amigos míos. El Circo Maravillas continuará con sus puertas abiertas durante un tiempo en el que comprobaré si es verdad que estas lonas ya están hundidas o si todavía podemos reflotarlas y llevarlas al prestigio que antaño tenían. - Paseó su mirada cansada sobre los trabajadores y comprobó que todos los miraban con expectación y miedo. Algo muy normal cuando alguien desconocido se hacía dueño de sus futuros. Roberto jugó con ello con la maestría de los años. - Nunca apuesto en falso, y nunca me equivoco en mis proyectos futuros, así que espero que este no sea la excepción, aun así, no se preocupen por el futuro próximo del Circo, pero creo que no es eso lo que os preocupa, ¿me equivoco?
Un silencio sepulcral sólo empañado por una tormenta que arreciaba en potencia y un viento todavía combativo invadió la pequeña sala de trabajadores. Todos se miraron entre sí, pero ninguno fue capaz de alzar la voz por miedo a que fuera despedido, como habían sido muchos de sus compañeros. A Roberto aquello le gustó, le gustó mucho. Tras mirarlos de nuevo a todos, uno a uno, reanudó su pequeño discurso.
- Por vuestro silencio veo que no, no me equivoco en afirmar en que pensáis cual será vuestro futuro dentro de las lonas de este Circo y, debo confirmaros para tranquilidad de todos, que nadie será despedido ni removido de las labores que esté ejerciendo en la actualidad, a no ser que esté en dichas obligaciones por la falta de personal, lo cual se irá arreglando poco a poco y conforme el circo vaya mejorando con el paso de las semanas, porque estén seguros que este circo mejorará y volverá a su esplendor, aquel que nunca debió perder.
- Bueno señores, ya podéis comprobar que estamos a salvo, al menos por el momento. Ahora sólo queda poner de nuestra parte para que el Circo Maravillas vuelva a estar como siempre. ¿Estáis de acuerdo? - Marc calló unos instantes, para esperar el asentimiento de todos y cada uno de los trabajadores, y que de hecho así fue. Decidió lanzar la pregunta más espinosa, pero que debía lanzar. - ¿Tenéis alguna pregunta sobre nuestro nuevo futuro?
Al instante el dueño del circo notó como los ojos de su nuevo amigo se clavaban en sus ojos, pero decidió no girar la cabeza y alzar un poco más la barbilla, a la espera de las posibles preguntas de sus trabajadores, pero para su sorpresa, ninguno de ellos lanzó pregunta alguna, y fue cuando miró a su nuevo socio, invitándole a que continuara. Éste sonrió, y habló.
- Para todos aquellos que os lo preguntáis, mi nombre es Roberto y desde hoy soy el nuevo gerente del Circo Maravillas, en compañía con vuestro antiguo jefe, que será mi asesor. Desde hoy pasa a ser socio en esta difícil empresa de sacar esto del ostracismo donde vive. Y ahora os invito a representar una función para un niño que hace tiempo que dejó de serlo, ¿sería posible?
Todos se miraron entre si y tras mirar casi de pasada a Marc, asintieron con entusiasmo. Aquel hombre era el salvavidas que les había llegado con aquella terrible tormenta, y ya que seguirían actuando gracias a él, que menos que darle lo único que pide por el momento, y siendo además lo que más amaban hacer. Asintió agradecido y anunció unas palabras más.
- Os dejo que os preparéis, un servidor marcha a las gradas con mi nuevo amigo, mis piernas no aguantan como antes, suerte que tengo el bastón... - y tras estas últimas palabras, giró sobre sus talones y se dirigió hacia la arena central del Circo Maravillas con un paso tranquilo, pausado, pero decidido y firme.
- Señores, de esta función depende nuestro futuro. Si, si, ya se lo que Roberto acaba de comentarnos, pero no podemos fallar en esta importante noche. Vamos a hacerlo como mejor sabemos, así no tendrá dudas ni arrepentimientos futuros por haberse hecho cargo de este circo. Yo debo acompañarlo, pero sabéis que hacer, y...¡hacerlo bien!
Roberto escuchó aquella charla en la lejanía. Todos estaban nerviosos por aquel cambio de rumbo que acababa de dar el circo y las vidas de todas y cada una de los trabajadores. Pero él sólo tenía en mente a una persona, una persona que tenía que estar a su servicio pleno y absoluto en pocos días. El punto débil de aquel hombre lo iba a exprimir como antaño había hecho con tantos hombres. Era el momento de jugar, y estaba seguro que no todos iban a aceptar las reglas, pero, ¿qué tendría de divertido si todos aceptan las reglas del juego?
Como en los anteriores capítulos, me has dejado sin palabras. Es espectacular, manteniendo siempre esa intriga y las ganas de leer más. ¡Sigue así, que vales oro!
ResponderEliminarUn saludo,
Maia
¡Increíble! Espero el próximo con ganas
ResponderEliminarbesos
Un capítulo lleno de buenas noticias; el Circo Maravillas sobrevive, sus trabajadores siguen formando parte de él y, al parecer, Roberto tiene un as en la manga para hacer que esas lonas toquen de pleno el éxito.
ResponderEliminarEnhorabuena, Jesús, otro gran capítulo.
Un abrazo,
Abel Jara Romero
¿Qué puedo decir? Fantástico y espectacular. Todo en sí me encanta, la trama, la intriga, los personajes, el halo de misterio que alberga Roberto...
ResponderEliminarEspero que pronto llegue el siguiente capítulo.
Besos.
EryGar*
Por fin he podido leerlo. Me encanta, tiene esa pizca de misterio en todo momento que te hace pensar, ¿Qué ocurre? ¿Qué se me escapa? ¿Cuando se desvelará?, en todo momento con Roberto. Se nota que no es de trigo limpio (tú te has encargado de que se note jeje). Y esa última frase, realmente ha sido una gran forma de cerrar el capítulo.
ResponderEliminarEspero el próximo ^^
Besos
Vaya, me gusta cómo va saliendo cada vez más a flote tu talento. Sigue así!!!
ResponderEliminar¡¡Hola!! :)
ResponderEliminarUna vez más a pesar de haber leído el capítulo no había comentado gracias a mi, últimamente, memoria de pez (y a que quería ser el comentario siete de nuevo *-* como ya sabes ;)) ¿Y qué te digo de la historia que no te haya dicho ya? A pesar de que me digas lo contrario eres un muy buen escritor y me emcanta como lo haces (y una vez más no lo digo porque seas tú). Este capítulo a pesar de ser más corto y con menos acción que los anteriores sigue manteniendo ese gran punto de intriga que hace que desee leer cuanto antes el siguiente. Me atrae muchísimo la idea del Circo Maravillas y la forma en que la desarrollas. ¡Sigue así tontito mío!
Muchos besos!!