Voces Muertas, Huesos Y Sangre
Días después salieron del hospital. Jose salió con los puntos un poco frescos, mientras que Miriam iba con alguna gasa superpuesta cerca del cuello, ya que un poco de cera le había quemado en demasía la piel, y no le podía dar el sol por unos cuantos días.
Al llegar a casa, la vieron de diferente forma, la vieron peligrosa, acechante, letal. El miedo embargó a Miriam que no pudo hacer más que echarse a llorar, y aunque el dolor era insoportable, peor era que su hermano hubiera regresado a la vida para vengarse. Recordó la conversación que tuvo con su padre sobre una posible ouija. Pensándolo bien, es el mejor medio para contactar con él sin que nos haga daño, pensó con dudas. Se acercó al cuarto de baño para ver los destrozos, pero cual fue su sorpresa que allí no había atisbos de lo que había pasado hace casi ya una semana. Entonces se acercó a su habitación, en la pared no había nada de aquel líquido rojo brillante, y las fotos de sus hijas se encontraban en sus marcos, como siempre.
Pensando que fuera producto de su imaginación, bajó de nuevo al salón a ver el estado de su marido. Tenía la piel un poco blanca, y los ojos amarillentos, no había podido comer en los días que había estado en el hospital, y eso le había pasado factura, ya que no era un hombre de complexión fuerte, si no débil. Sulbió a las niñas a las habitaciones y las dejó jugando con las muñecas de porcelana. Bajó de nuevo y le preparó un caldo caliente a su marido, era lo único que podía comer recomendado por los médicos.
Media hora después se encontraban en el salón mirando por el ventanal al jardín. Habia algo raro en él. Y entonces lo vio. El pozo estaba abierto, y el mecanismo para sacar agua estaba activado. Miriam salió al jardín, extrañada. Se fue acercando cada vez más hasta que vio que el pequeño cubo se iba acercando lentamente hasta donde ella se encontraba. Cada vez estaba más cerca, y podía ver lo que habia en el interior. Era un líquido rojizo, muy espeso, brillante. Lo tocó y sintió un escalofrío que le recorrió la nuca. Estaba caliente. Estaba caliente, y era sangre. No olvidaría jamás la textura de la sangre desde la otra noche. El cubo se posaba en el pozo, y al cabo de los minutos se derramaba por todo el jardín, tiñiendo el césped de rojo. Luego, se alzaba un poco y volvía a bajar impulsado por la inercia.
Se quedó embobada mirando como el cubo subía de nuevo, aunque esta vez le costaba más subir. Traía bastante peso, se dio cuenta Miriam. Cuando estuvo cerca, los ojos se le abrieron como platos al ver su contenido. Traían huesos, y una especie de cartera negra. El cubo no volvió a bajar, se quedó balanceándose en el aire, sujetado solamente por la cuerda. Sacó la cartera y la abrió. Entre los restos de sangre coagulada, y la fresca, sacó un carnet de dentro y leyó el nombre que ponía.
Quedó petrificada al leer el nombre de su hermano en el carnet. Corrió hasta donde estaba su marido, y le enseñó la cartera. Él la reconoció antes de que ella le dijera nada. Ella consciente de ello le preguntó si sabía de quien era, el asintió con la mirada llena de terror.
- Es de tu hermano, Miriam. La llevaba la noche que murió....
Al llegar a casa, la vieron de diferente forma, la vieron peligrosa, acechante, letal. El miedo embargó a Miriam que no pudo hacer más que echarse a llorar, y aunque el dolor era insoportable, peor era que su hermano hubiera regresado a la vida para vengarse. Recordó la conversación que tuvo con su padre sobre una posible ouija. Pensándolo bien, es el mejor medio para contactar con él sin que nos haga daño, pensó con dudas. Se acercó al cuarto de baño para ver los destrozos, pero cual fue su sorpresa que allí no había atisbos de lo que había pasado hace casi ya una semana. Entonces se acercó a su habitación, en la pared no había nada de aquel líquido rojo brillante, y las fotos de sus hijas se encontraban en sus marcos, como siempre.
Pensando que fuera producto de su imaginación, bajó de nuevo al salón a ver el estado de su marido. Tenía la piel un poco blanca, y los ojos amarillentos, no había podido comer en los días que había estado en el hospital, y eso le había pasado factura, ya que no era un hombre de complexión fuerte, si no débil. Sulbió a las niñas a las habitaciones y las dejó jugando con las muñecas de porcelana. Bajó de nuevo y le preparó un caldo caliente a su marido, era lo único que podía comer recomendado por los médicos.
Media hora después se encontraban en el salón mirando por el ventanal al jardín. Habia algo raro en él. Y entonces lo vio. El pozo estaba abierto, y el mecanismo para sacar agua estaba activado. Miriam salió al jardín, extrañada. Se fue acercando cada vez más hasta que vio que el pequeño cubo se iba acercando lentamente hasta donde ella se encontraba. Cada vez estaba más cerca, y podía ver lo que habia en el interior. Era un líquido rojizo, muy espeso, brillante. Lo tocó y sintió un escalofrío que le recorrió la nuca. Estaba caliente. Estaba caliente, y era sangre. No olvidaría jamás la textura de la sangre desde la otra noche. El cubo se posaba en el pozo, y al cabo de los minutos se derramaba por todo el jardín, tiñiendo el césped de rojo. Luego, se alzaba un poco y volvía a bajar impulsado por la inercia.
Se quedó embobada mirando como el cubo subía de nuevo, aunque esta vez le costaba más subir. Traía bastante peso, se dio cuenta Miriam. Cuando estuvo cerca, los ojos se le abrieron como platos al ver su contenido. Traían huesos, y una especie de cartera negra. El cubo no volvió a bajar, se quedó balanceándose en el aire, sujetado solamente por la cuerda. Sacó la cartera y la abrió. Entre los restos de sangre coagulada, y la fresca, sacó un carnet de dentro y leyó el nombre que ponía.
"Roberto López Márquez"
Quedó petrificada al leer el nombre de su hermano en el carnet. Corrió hasta donde estaba su marido, y le enseñó la cartera. Él la reconoció antes de que ella le dijera nada. Ella consciente de ello le preguntó si sabía de quien era, el asintió con la mirada llena de terror.
- Es de tu hermano, Miriam. La llevaba la noche que murió....
Vuelvo a ser Álvaro, sigue sin dejarme...
ResponderEliminarme sigues matando de intriga en cada capitulo... continua asi, llegaras muy alto
sigues siendo malo ¬¬ me estas matando con la intrigaa
ResponderEliminarsoy cris ^^
DIOOOOOS! Ahora si que tienes que terminar esto!
ResponderEliminarSiempre me dejas con la intriga D:
Esta súper bien, como siempre :]
Está muy bieen! ^^
ResponderEliminarImpresionante...! no creo qe me eches de menos si tienes muchos comentarios...! lo malo es que dejas mucha intriga...y sinceramente estoy un poco perdida en esa historia...tendre que leer desde el comienzo
ResponderEliminarYo tambien me voy a leer las anteriores historias a esta k tambien me pierdo un poco aveces..pero esta genial eh xD
ResponderEliminarSoy Jony Steve, mas conocido como.."I´m the best in the world at what i do in Tuenti" xDD
Impresionante... me encanta... tu forma de expresarte... increíble...
ResponderEliminarSigue así.
Un saludo desde http://madamegarburn.blogspot.com/
GRAAANDE ME ENCANTA Y CON ESE FINAL TAN ORIGINAL E SANGRIENTO JAJAJA. EN SERIO, ME MOLA UN MONTONAZO. YA SE QUE ESTOY MUY EFUSIVO PERO ES CIERTO.
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